Título en español: Informe sobre la isla de Fårö
Director: Ingmar Bergman
Suecia, 1970, 58 minutos
Informe sobre la isla de Fårö (1970) |
Tal y como hiciera el francés Georges Franju en Le sang des bêtes (1949), cortometraje de apenas veinte minutos en el que se mostraban idílicas escenas campestres en contraste con los mataderos parisinos en plena actividad, Bergman decidió incluir en su primer documental, rodado en la pequeña isla de Fårö, detalles del degüello y posterior descuartizamiento de una res o de los no siempre agradables a la vista partos de las ovejas.
En realidad, no deja de ser un trabajo para la televisión sueca con el que se pretendía dejar constancia de las duras condiciones de vida de sus escasos habitantes. Es por eso que, tras haber recabado el testimonio de muchos de ellos (la bibliotecaria, el párroco, la maestra, la funcionaria de correos, una granjera, un anciano centenario, un pescador...) la voz en off hace especial hincapié en lo poco democrático que resulta el que la administración central se esté dedicando a deslocalizar servicios básicos sólo porque se trate de una región remota y poco habitada.
No es de extrañar, pues, que, ante la falta de expectativas, los más jóvenes deseen marcharse lo antes posible de un lugar en el que difícilmente podrán labrarse un porvenir. A los mayores, en cambio, y aunque son igual de críticos, les queda el consuelo de los buenos momentos que allí vivieron y que rememoran ante la cámara.
A medio camino entre el reportaje televisivo y la observación etnográfica, Bergman (al más puro estilo Flaherty o Jean Rouch) no duda en servirse tanto del color como del blanco y negro para dejar constancia de un paisaje que el turismo y la especulación inmobiliaria harán desaparecer en pocos años. Tal vez por ello, una década después decidió filmar una segunda parte.
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