miércoles, 18 de julio de 2018

Topical Spanish (1970)




Director: Ramón Masats
España, 1970, 87 minutos

Topical Spanish (1970) de Ramón Masats


"Un filme en blanco y negro... negrísimo" Así se anunciaba en la prensa de la época la película que nos disponemos a comentar. Eslogan ya de por sí lo bastante explícito, pero que iba acompañado de un breve texto, en teoría extraído del Diario de Barcelona, que no tiene desperdicio. Decía así: "Una película fuera de lo común que, además de rabiosamente actual, es eminentemente divertida para toda clase de públicos, incluyendo los que pudieran enfadarse por las referencias que a ellos se hacen".

Credenciales más que suficientes para hacerse una idea de por dónde iban los tiros. Corría el año 1970 y en el cine español del momento eran habituales las producciones protagonizadas por cantantes y conjuntos musicales cuyo tirón debía servir como reclamo publicitario: la presencia del artista atraía al público a las salas y, si la peli funcionaba en taquilla, la carrera del mismo también se veía beneficiada.

Topical Spanish, sin embargo, era algo más. En la línea de Un, dos, tres... al escondite inglés (1970) de Iván Zulueta, el guion ideado por el humorista Chumy Chúmez y el fotógrafo Ramón Masats otorgaba en apariencia su protagonismo a Guillermina Motta y Los Íberos para ofrecer una imagen satírica de la España profunda en oposición a los jóvenes yeyés "que tenían mucho ritmo y cantaban en inglés..." Aunque la cinta también incluía un número en catalán, "Pobre floreta", compuesto, como el resto de música incidental, por Josep Casas Augé e interpretado con suma picardía por una Guillermina a la altura de lo atrevido de la letra.

Alicia (Guillermina Motta) y don Atanasio (José Sazatornil)

Y si en la ya mencionada Un, dos, tres... era Íñigo el que hacía las veces de moderno pinchadiscos, aquí encontramos al añorado Constantino Romero, con pelo y sin bigote pero con el mismo vozarrón que lo hizo célebre, en funciones de reportero televisivo que busca el testimonio de los cuantiosos aspirantes a participar en un casting del que deberán salir los miembros de un nuevo conjunto musical (especie de OT protohistórico al más puro estilo carpetovetónico), dando lugar, así, a una curiosa nota de reportaje documental con el que se inicia la acción.

Luego de un divertido tema de la Motta ("Vosotros seréis los mejores"), y una vez ya formada la banda, se irán sucediendo las canciones de Los Íberos ("Fantastic Girl", "Back in Time", "Amar en silencio"), aderezadas con disparates de todo tipo y un corrosivo sentido del humor tendente a mezclar lo rural con lo urbano. En ese sentido, los insertos campestres en los que aparecen rebaños de ovejas y yuntas de mulas tirando de un arado, en contraste con los melenudos que acarrean sus instrumentos en pleno barrio gótico barcelonés, preparan el terreno hacia la broma final: la revelación de un supuesto cataclismo cósmico que, como si de una maldición bíblica se tratase, redujo a la otrora pujante humanidad urbanita a la presente servidumbre campesina.

Por el camino habrán quedado momentos memorables, adaptación local sui géneris de las películas de los Beatles, tales como la recepción burguesa en un palacete de la ciudad condal, la abuela que leía partituras de Beethoven ("porque era sordo como ella"), el seminarista que cuelga (literalmente) la sotana para convertirse en estrella del pop o el libidinoso don Atanasio ('Saza') metido a improvisado productor musical. Sin duda un engendro desde el punto de vista cinematográfico, pero que nos devuelve una imagen entrañable de un tiempo que se fue para no volver.

Los Íberos

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