Título original: Três Irmãos
Directora: Teresa Villaverde
Portugal/Francia/Alemania, 1994, 108 minutos
Tres hermanos (1994) |
Un padre bestial. Una madre suicida. Tres hermanos (dos varones y una joven de veinte años) bastante distintos entre sí, aunque todos ellos marcados por la sordidez del ambiente en el que han crecido. Dramón intenso, muy de los noventa, centrado en una familia desestructurada lisboeta. Fue el segundo largometraje dirigido por la cineasta Teresa Villaverde y, viéndolo con la perspectiva que dan los años, uno tiene la sensación de viajar en el tiempo: sobre todo cuando los protagonistas visitan una discoteca en la que suenan los éxitos del momento.
Aparte de hacerle ganar la Copa Volpi en Venecia, la infortunada Maria que compuso para la ocasión Maria de Medeiros era un personaje cándido, la más ingenua de los tres hermanos que daban título a la película. Estudiante de matemáticas, su profesora (la francesa Mireille Perrier) parece ser de las pocas personas que la comprenden. Al salir de clase, la joven trabaja en las oficinas de un pequeño negocio familiar donde tendrá problemas con el hijo de los dueños.
La acompañaba en el reparto la española Laura del Sol, la misma que destacó bajo las órdenes de Saura en Carmen (1983) y que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Francia. Aquí interpretaba a Teresa, la novia de João (el ruso Evgeniy Sidikhin), y su personaje se expresaba casi siempre en castellano.
Completaba la tríada Marcello Urgeghe en el papel de Mário, el más díscolo de los hermanos y el que más acusará los altercados que generan las rencillas familiares, como se verá sobre todo por el enfrentamiento con el padre y, de un modo especialmente patético, tras la muerte de la madre. En una huida hacia adelante, Mário intentará refugiarse en los brazos de algunos hombres a cambio de dinero...
Lo dicho: un dramón. Pese a que el paso del tiempo le haya hecho perder algo de su fuerza original.
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