sábado, 11 de febrero de 2017

Cenizas y diamantes (1958)




Título original: Popiół i diament
Director: Andrzej Wajda
Polonia, 1958, 98 minutos

Cenizas y diamantes (1958) de A. Wajda

Coraz to z ciebie, jako z drzazgi smolnej,
Wokoło lecą szmaty zapalone;
Gorejąc nie wiesz, czy Stawasz się wolny,
Czy to, co twoje, ma być zatracone?
Czy popiół tylko zostanie i zamęt,
Co idzie w przepaść z burzą? – czy zostanie
Na dnie popiołu gwiaździsty dyjament,
Wiekuistego zwycięstwa zaranie…

Cyprian Kamil Norwid (1821–1883)
Po to właśnie


Los versos que preceden estas líneas sirvieron de inspiración al escritor polaco Jerzy Andrzejewski, de cuya novela Cenizas y diamantes prepararía Andrzej Wajda la versión cinematográfica años más tarde. Son los mismos que la joven Krystyna (interpretada por Ewa Krzyzewska) lee en la inscripción de la iglesia en ruinas que visita junto a Maciek, un Zbigniew Cybulski que fue nominado al BAFTA por su papel de miembro de la Resistencia y al que a menudo se ha comparado con James Dean.

La acción narrada en Popiół i diament (1958) abarca apenas dos días: el 8 y 9 de mayo de 1945, fecha marcada para eliminar a Szczuka (Waclaw Zastrzezynski), el líder comunista del distrito y antiguo combatiente en la Guerra Civil Española. Pero la primera intentona resultará fallida, cosa que hará que Maciek se replantee algunos de sus principios al haber matado a gente inocente.

La venta de gafas de sol aumentó en toda Polonia debido a este filme


En el plano estrictamente técnico, la fotografía en blanco y negro de Jerzy Wójcik puede recordar en algunos momentos al trabajo que Gregg Toland llevara a cabo para Orson Welles en Ciudadano Kane (1941), filmando a los actores en un ligero contrapicado e incluyendo techos en todos los estudios en los que se realizó el rodaje.

Aunque lo verdaderamente impactante de Cenizas y diamantes (1958), aparte de los fuegos artificiales que estallarán justo en el clímax dramático, son esas escenas que transcurren en el interior de una iglesia bombardeada, con el Cristo derrengado y pendiendo boca abajo, pues es en ese momento cuando se hace evidente el carácter simbólico del título: Maciek y Krystyna serían los diamantes que han visto su juventud truncada en un país que ha quedado reducido a cenizas tras la guerra.


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