viernes, 6 de enero de 2017

Secretos de Estado (2008)




Título original: Secret défense
Director: Philippe Haïm
Francia, 2008, 97 minutos

Secretos de estado (2008) de Philippe Haïm


Pone los pelos de punta pensar que muchas de las cosas que se dicen en una película de hace nueve años hayan ido sucediendo después punto por punto. Pero así de cruda es la realidad de hoy día y los terribles atentados perpetrados no sólo en Francia sino también en otros puntos de la geografía europea marcan un antes y un después en la política internacional.

Centrándonos en Secret défense, lo más destacable en ella es su reparto. Encabezado por Gérard Lanvin en el papel del frío Alex, formador de los futuros agentes de la DGSE (los Servicios Secretos del país galo), le secundan Vahina Giocante (Diane, una joven que se verá forzada a pasar de la prostitución de lujo a la acción en Oriente medio), Nicolas Duvauchelle (Pierre, captado por los islamistas radicales tras una breve estancia en prisión) y Simon Abkarian (Al Barad, el cerebro de toda una compleja red terrorista).

Pierre (Nicolas Duvauchelle)


Otro de los puntos fuertes de Secretos de Estado es su estructura narrativa: tratándose de una cinta de acción era vital dotarla de un ritmo ágil, cosa que su realizador, Philippe Haïm, consigue mostrando hasta cuatro tramas de forma simultánea y paralela. La idea de fondo es que los dos mundos que aquí se retratan responden realmente a parámetros del todo simétricos. Así pues, Diane y Pierre han llenado el vacío de sus vidas integrándose en bandos opuestos, pero regidos en ambos casos por férreas jerarquías, Y lo mismo podría decirse de los calculadores Alex y Al Barad, enemigos y a la vez unidos por su capacidad de liderazgo y unos métodos impasibles.

Se trata, tal vez, de una forma de contar historias más propia del lenguaje televisivo, lo cual avalaría el hecho de por qué su director sólo ha trabajado en ese medio durante la última década. En todo caso, su habilidad a la hora de construir un ritmo trepidante no encubre las incongruencias del guion (por otra parte, muy bien documentado: eso es innegable), como por ejemplo ¿por qué Diane se deja enredar por Alex, una vez que el chantaje emocional al que pretendía someterla deja de tener sentido? Claro que, pensándolo bien, tampoco conduce a nada buscar fallos de guion en una película de estas características...

Diane (Vahina Giocante) y Al Barad (Simon Abkarian)

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