Título en español: Magín Murià: un pionero diletante
Directores: John Mraz y Eli Bartra
España, 1993, 35 minutos
El vínculo entre Magí Murià y los orígenes del cine en Barcelona es tan estrecho que, por esas casualidades del destino, el solar de la casa en la que nació en 1881, en la calle d'Espalter, lo ocupa en la actualidad la Filmoteca de Catalunya. Y no es ésta la única curiosidad que nos han desvelado allí mismo esta tarde: comenta Esteve Riambau que a pocos metros se hallaba la droguería en la que los pioneros del cine catalán compraban los elementos químicos para fabricar las primeras películas.
Capricho o no del azar, cien años después seguimos hablando de Murià y de la genial aventura que decidió emprender sucediendo a Adrià Gual al frente de la Barcinógrafo. A fin de cuentas, él no era un hombre que proviniese del mundo artístico sino que había trabajado como agente de bolsa. Pero arrestos no le faltaban y, siendo como era un hombre hecho a sí mismo, aquel Maginet (como le conocían afectuosamente sus familiares) se echó a las espaldas la ardua tarea de reflotar una productora nacida al amparo del movimiento modernista y que acumulaba cuantiosas pérdidas. Para lo cual no dudó en contratar a la actriz Margarita Xirgu, a la que dirigió en cinco largometrajes.
Buena parte de estos recuerdos fueron recopilados por Eli Bartra (nieta de Murià) y su marido John Mraz en un documental producido por Televisió de Terrassa en 1993. Visto al cabo de veinticuatro años, Bartra señala que ahora no habría incluido tantas portadas de La dona catalana, revista de moda y otra de las empresas en las que se embarcó su abuelo, pero es que apenas contaron con material para hacerlo, ya que buena parte de la documentación o estaba dispersa o simplemente no se había conservado. A lo que Mraz ha añadido que aprendió varias cosas haciendo este documental: la primera (aparte de escuchar a su mujer) es que todo sirve cuando te dispones a reconstruir hechos del pasado; así pues, una de las pocas fotos conservadas de Murià en Méjico, inicialmente descartada por estar borrosa, se acabó aprovechando para arrancar el filme con ella. En segundo lugar, que el personaje daba mucho juego, lo que le permitió construir el relato a partir de varias líneas de análisis: los orígenes del cine en Catalunya, el testimonio de la escritora Anna Murià (hija de Magí y madre de Eli) y la contribución objetiva de especialistas en la materia, como los historiadores Miquel Porter i Moix o Joaquim Romaguera.
Por último, tanto Bartra como Mraz han querido agradecer a José María Caparrós Lera la oportunidad que les brindó de profundizar en el tema colaborando con el Centre d’Investigacions Film-Història. Y a Riambau y a la Filmoteca por contribuir a preservar y difundir el legado de Magí Murià. Para quienes no hayáis tenido ocasión de asistir esta tarde a la proyección, ahora os adjuntamos Magí Murià: un pioner diletant (1993).
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