domingo, 20 de noviembre de 2016

Passe ton bac d'abord... (1978)




Título en español: Primero aprueba la Selectividad
Director: Maurice Pialat
Francia/Canadá, 1978, 86 minutos

Passe ton bac d'abord... (1978) de Maurice Pialat


Tras haber visto ayer La gueule ouverte es fácil comenzar a intuir algunas constantes del cine de Pialat (o, al menos, de estas dos películas). Por una parte, en ambas se aprecia en algunos personajes una cierta obsesión por el sexo que da pie a diversos conatos de promiscuidad. Lo cual bien podría ser una muestra de la desinhibición tan característica de aquel período o incluso una crítica a tanta superficialidad en las relaciones humanas. 

En el caso de los adolescentes de Passe ton bac d'abord ello va unido, además, a la despreocupación por los estudios o hacia lo que les depare el futuro. En ese aspecto, la visión de la realidad que poseen estos chicos es enormemente actual, teniendo en cuenta que ya en 1978 se cuestionaban para qué sirve obtener un diploma en un mundo que con casi total seguridad los acabará condenando al paro o a la precariedad laboral.

Son, sin embargo, mucho más auténticos y espontáneos que sus mayores: les gusta la música (hablan de Pink Floyd, de Bob Marley, de los Sex Pistols...) y de momento pueden permitirse ser ellos mismos. En ese sentido, es sintomático que la película empiece y prácticamente termine con la clase inicial del profesor de filosofía: si en un principio podía resultar atractivo, el comprobar que un año después repite el mismo discurso palabra por palabra nos hace ver que quizá no sea tan enrollado como parecía. Con todo lo que ello implica: ¿cómo se van a preocupar estos muchachos por estudiar y labrarse un porvenir si el modelo que les ofrecen los adultos es completamente huero?

Aun así, y ésa sería otra de las constantes a las que antes aludíamos, Pialat opta por introducir algunas notas humorísticas en un relato a priori pesimista: el veterano seguidor del Lens que se lamenta del mal juego del equipo con el primero que encuentre por la calle, las jóvenes que invitan a Peta Zetas al salido que se les insinúa a la entrada de un bar donde todos acabarán bailando... La lista es larga y las carcajadas en la sala Laya de la Filmoteca de Catalunya han sido abundantes esta tarde.

Hay, por último, en Passe ton bac como en La boca abierta un mismo gusto por situar la acción en ambientes provincianos (Auvergne, Lens), lejos del mundanal ruido parisino. Algo que va siendo cada vez más habitual en el cine francés de hoy en día y en lo que también Pialat acertó a ser un pionero hace casi cuarenta años.


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