Tras la premiere ayer lunes de I legionari italiani in Catalogna, hoy ha sido el turno de la primera serie de cortometrajes que los militares italianos rodaron durante nuestra Guerra Civil. De nuevo presentados y comentados por Daniela Aronica, el listado de filmes proyectados en la sala Laya de la Filmoteca catalana ha sido el siguiente:
Le organizzazioni falangiste a Palma di Maiorca, 1936, 10 minutos
¡Arriba España!, 1936, 14 minutos
Sulla soglia di Madrid: "La Dolorosa", 1937, 9 minutos
La liberazione di Málaga, 1937, 13 minutos
La liberazione di Bilbao, 1937, 15 minutos
Volontari, 1938, 47 minutos
La fin del Frente rojo cantábrico: La toma de Gijón, 1937, 8 minutos
Algunas de las claves que ya se comentaron en la jornada de ayer han vuelto a salir a relucir hoy, como ese paradójico desajuste que a menudo se produce entre la incendiaria voz en off y lo que realmente vemos en pantalla. Así pues, en La liberación de Bilbao el locutor italiano asevera que la población local acudió en masa a reverenciar a las fuerzas nacionales cuando, en realidad, se aprecia en las imágenes que las calles están prácticamente vacías. Es la tónica general de la propaganda bélica: no se trata tanto de mostrar la realidad sino de inventarla según ideales preconcebidos. En otros casos, en cambio, dicho fervor sí que es palpable, como en Barcelona o Gijón.
Muchas de las imágenes contenidas en estos cortometrajes producidos por el Istituto Luce fueron censuradas debido a desavenencias que a menudo motivaba la rivalidad entre las fuerzas de ambos países, pese a ser teóricamente aliados. En otras ocasiones, lo filmado sirve para poner de manifiesto errores garrafales de estrategia, como el hecho de que el Gobierno de la República obvió la importancia de las Baleares en tanto que bastión desde el que se podía controlar la costa levantina, como efectivamente harían los fascistas al convertir Mallorca en base naval.
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