Título original: Seven Brides for Seven Brothers
Director: Stanley Donen
EE.UU., 1954, 102 minutos
Siete novias para siete hermanos (1954) de Stanley Donen |
Pensar que el mito romano del rapto de las Sabinas pudiese servir de base para un musical de Hollywood ambientado en el lejano Oeste resulta, como mínimo, chocante. Sin embargo, fue ésa y no otra la principal fuente de inspiración de la que se valió el ocurrente equipo de guionistas que concibió Seven Brides for Seven Brothers. Si además se le añade, entre otros muchos atractivos, la genial dirección del recientemente desaparecido Stanley Donen (1924–2019), no queda más remedio que rendirse al encanto de uno de los títulos míticos de la historia el cine.
Que, todo sea dicho, ofrece una visión de las relaciones entre hombres y mujeres harto discutible (algo así como si el varón fuera una especie de adán desastrado y maloliente al que la esposa tiene la obligación de pulir y meter en vereda). Aunque también hay que aclarar, en su descargo, que, ya en la época del estreno, la película debió de ser recibida como una parodia de los antiguos usos y costumbres que solían regir entre los pioneros de la América profunda.
En cualquier caso, y prescindiendo de valoraciones de tipo moral, los números musicales que la componen mantienen intacta su frescura como el primer día, con ese colorido resplandeciente en Cinemascope que hace que las camisas de los siete hermanos Pontipee, pese a sus tonalidades insufriblemente chillonas, refuljan siempre rutilantes. Y todo esto tratándose de una producción que entonces se consideró de bajo presupuesto (de ahí que se rodase en estudio y utilizando como fondo decorados pintados).
Por último, y en lo que a los bailes se refiere, tal vez hoy día cueste apreciar en su justa medida las complejas coreografías diseñadas por Michael Kidd, repletas de acrobacias sólo aptas para verdaderos atletas. Basta echar un vistazo a la escena de la construcción del granero —precursora, en ciertos aspectos, de la de Único testigo (Witness, 1985)— para hacerse una idea de las habilidades equilibristas de algunos de los actores. Con todo, hay quien prefiere la quietud del número titulado "Lonesome Polecat", con los movimientos acompasados de los hermanos trabajando bajo la nieve intensa y que, muchos años después, sería homenajeado por Lars von Trier en Dancer in the Dark (2000).
Que tal Juan!
ResponderEliminarRecuerdo haber visto esta deliciosa pelicula en uno de los muchos desaparecidos cines de mi ciudad, era uno de esos cines de barrio, se llamaba Disol y seguramente que este músical fue una de aquellas peliculas que programaban los sabados por la mañana. Es cierto como bien apuntas que hoy chirrian aspectos de la trama, pero bueno, tampoco vamos a mandar la cinta a la hoguera como muchas personas han pretendido.
Interesantes los datos que mencionas, desconocia lo del presupuesto, la verdad que esos decorados cantan un poco.
Por cierto, seguro que ya has visto la pelicula, se trata de The Fastest Gun Alive (Llega un pistolero 1956), un magnifico western con Glenn Ford, hay un numero de baile en la pelicula con Russ Tamblyn que vale la pena:
https://www.youtube.com/watch?v=Fxu9AojTfxI
Saludos y hasta la proxima!
¡Ay, los cines de barrio! Eran tan entrañables como esta misma película. Por lo menos el Disol pervive en tu memoria, Fran. Puede que este tipo de musicales hayan quedado un poco desfasados, pero, en cualquier caso, ello les añade encanto. Y no: no he visto "The Fastest Gun Alive", por lo que te agradezco enormemente el enlace.
EliminarUn abrazo y hasta pronto,
Juan
Mira que l'he vista vegades i sempre m'ha encantat, amb els seus decorats de cartró, els seus balls i les seves coloraines.
ResponderEliminarÉs una obra mestra indiscutible en el seu gènere, a banda d'ocupar un lloc destacat a l'educació sentimental de tota una generació.
EliminarGràcies pel teu comentari, Júlia, i fins aviat!
Creo que nunca la he visto entera y seguro que me gustaría. No sé si hubiese caído en lo de la conexión Donen/Von Trier.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que es uno de esos títulos tan evidentes que uno va siempre postergando el momento de verlos. Respecto a "Bailar en la oscuridad", en el tema "I've Seen It All" el sonido de los vagones al pasar sobre los raíles de la vía se acompasa con la música tal y como sucedía en "Lonesome Polecat" con los hachazos sobre los troncos.
EliminarSaludos,
Juan