Título original: Dekalog, dziesięć
Director: Krzysztof Kieślowski
Polonia/Alemania, 1989, 57 minutos
Decálogo, diez (1989) de Krzysztof Kieślowski |
"No codiciarás los bienes ajenos". Como todo el mundo sabe, los grandes coleccionistas, movidos por un irrefrenable afán acaparador, atesoran compulsivamente piezas valiosísimas durante toda la vida para que, una vez muertos, sus herederos se deshagan de ellas sin el menor miramiento. Quizá por ello, porque Kieślowski y Piesiewicz se reservaban una pirueta sarcástica para culminar su Decálogo, la décima y última entrega de la serie tiene como protagonistas a los hijos de un filatélico difunto.
Que ambicionan sacarse una pasta a costa de la admirable colección que les ha legado el finado, si no fuera porque, en los círculos en los que se van a tener que mover, la picaresca es casi o incluso más importante que saber reconocer un ejemplar de valor incalculable.
En aras de subrayar la vis cómica de la historia, los hermanos Jerzy (Jerzy Stuhr) y Artur (Zbigniew Zamachowski) poseen caracteres del todo opuestos, de manera que si el primero es un padre de familia serio y un poco crédulo (la "broma" le costará un riñón...), el otro, en cambio, es un célebre cantante de rock dispuesto a echarle morro al asunto.
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