Título original: Dekalog, siedem
Director: Krzysztof Kieślowski
Polonia/Alemania, 1990, 55 minutos
Decálogo, siete (1990) de Krzysztof Kieślowski |
"No robarás..." Aunque la séptima entrega del Decálogo de Kieślowski también podría titularse "El que roba a un ladrón, tiene cien años de perdón". Porque el dilema al que debe enfrentarse la joven Majka (Maja Barelkowska) pasará, forzosamente, por una drástica solución: habiéndose quedado embarazada a muy temprana edad, fue su propia madre quien le arrebató a la criatura para educarla como si fuese suya (y haciendo creer a la niña que es hija de la abuela).
Cuando finalmente Majka se lía la manta a la cabeza y decide fugarse con la pequeña, quizá ya es demasiado tarde. Sobre todo porque es muy improbable que Ania vaya a llamar "mamá" a quien ella sigue considerando su hermana mayor.
De nuevo una pizca de tragedia griega planeando sobre la trama ideada por Piesiewicz y Kieślowski. Que, una vez más, derivará en interesantes connotaciones freudianas. A título de ejemplo, baste señalar que la pobre Ania es aquejada por terribles y frecuentes pesadillas que la hacen despertarse gritando en mitad de la noche. Qué son o qué simbolizan esos lobos con los que sueña queda abierto a la especulación de los espectadores.
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