Título original: F for Fake (Question Mark)
Director: Orson Welles
Francia/Irán/Alemania, 1973, 89 minutos
Fraude ha sido definido como film ensayo o film collage. En todo caso, amén de ser la última película estrenada por Welles (sin contar trabajos inacabados o para la televisión), fue una obra completa y absolutamente incomprendida en su momento cuando, en realidad, su autor se avanzó bastante a su tiempo. Hoy en día se nos ofrece como una cinta fresca y dinámica, de ritmo trepidante, quizá porque lo que en aquel entonces pareció experimento gratuito ahora es visto como magistral ejercicio de montaje fragmentado.
Y eso que buena parte de las imágenes que vemos en pantalla no fueron ni filmadas por Welles ni pensadas originalmente para formar parte de esta película. Muchas proceden de un documental de François Reichenbach para la televisión francesa sobre el falsificador de cuadros Elmyr de Hory, quien, por otra parte, es una de las figuras centrales de Fraude. Otras, de una película de ciencia ficción de serie B en blanco y negro titulada Earth vs. the Flying Saucers (dirigida por Fred F. Sears en 1956). Y, finalmente, del material rodado por el propio Welles en Ibiza, París y el sur de Francia.
Acompañado por la música de Michel Legrand y ataviado con una capa y sombrero de ala ancha, Welles ejerce de maestro de ceremonias que se presenta a sí mismo como charlatán e ilusionista. Que nadie se extrañe, por tanto, si lo que va a contarnos no es exactamente ni verdad ni mentira sino todo lo contrario...
Acompañado por la música de Michel Legrand y ataviado con una capa y sombrero de ala ancha, Welles ejerce de maestro de ceremonias que se presenta a sí mismo como charlatán e ilusionista. Que nadie se extrañe, por tanto, si lo que va a contarnos no es exactamente ni verdad ni mentira sino todo lo contrario...
Interesantísima reflexión sobre los límites del arte (o, parafraseando a Walter Benjamin, sobre "la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica"), Fraude es al mismo tiempo un autorretrato de su autor así como un descarado homenaje voyeurista a Oja Kodar, la actriz y modelo croata que por aquel entonces era la musa y compañera sentimental de Orson Welles en la vida real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario