domingo, 13 de enero de 2019

Un día de boda (1978)




Título original: A Wedding
Director: Robert Altman
EE.UU., 1978, 125 minutos

Un día de boda (1978) de Robert Altman


Otra comedia coral de Robert Altman y de nuevo la sensación de estar ante el equivalente yanqui de aquellos desmadres berlanguianos tan sui géneris. Con la salvedad de que ¡Vivan los novios!, por poner un ejemplo, rodada en Sitges y masacrada por la censura franquista, se estrenó en 1970... ¿Será este caso similar al de Días de radio (1987) de Woody Allen e Historias de la radio (1955) de Sáenz de Heredia?

En cualquier caso, reunir a casi cincuenta intérpretes no deja de tener mérito, máxime si entre ellos se encuentran figuras de la talla de Vittorio Gassman, Lilian Gish, Geraldine Chaplin o Mia Farrow. Aunque también es cierto que, dado el carácter decididamente satírico de A Wedding, la legendaria Miss Gish pasa más rato muerta que viva, mientras que la Farrow apenas pronuncia cuatro frases en toda la película.



Un casamiento accidentado es, desde luego, una situación idónea para sacar adelante cualquier comedia, sobre todo tratándose del enlace entre dos familias destacadas de la alta sociedad norteamericana que responden al prototipo, tan antiguo como el mundo, de vicios privados y virtudes públicas. Planteamiento que, por lo demás, se presta muy fácilmente a incluir toda clase de referencias cinéfilas, como cuando el patriarca Corelli (Gassman) es erróneamente llamado Corleone por uno de los comensales.

Parece ser que Altman se metió en semejante embolado casi en plan de broma, atosigado por un periodista que le formuló la típica pregunta de cuál iba a ser su próximo proyecto. A lo que el cineasta respondió lo primero que le pasó por la cabeza: "¡Voy a dirigir una película sobre un bodorrio elegante!" Veraz o no, la anécdota resume a la perfección el espíritu disparatado de uno de los títulos más hilarantes de su filmografía.


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