lunes, 3 de febrero de 2020

Volando juntos (2019)




Título original: Donne-moi des ailes
Director: Nicolas Vanier
Francia/Noruega, 113 minutos, 2019

Volando juntos (2019) de Nicolas Vanier


A fuerza de abusar de ella, la frase "Basado en una historia real…" ha terminado por convertirse, paradójicamente, en una coletilla que precede a las películas más inverosímiles que uno pueda imaginar. Y eso es justo lo que le ocurre a Donne-moi des ailes, cinta francesa enmarcada en el habitual ecologismo de salón que tan buenos réditos acostumbra a proporcionar a las producciones concebidas para disfrute de toda la familia.

Thomas (Louis Vazquez) es el típico adolescente, adicto a los videojuegos y perpetuamente enganchado a su teléfono móvil. Fuera de si el lugar en el que se encuentra dispone o no de conexión wifi, nada parece interesarle lo más mínimo. Hasta el día en que su madre lo manda a la Camarga para pasar las vacaciones en compañía de su padre (Jean-Paul Rouve), un biólogo extravagante obsesionado con la idea de salvar de la extinción a los gansos salvajes.



A partir de ese momento, todo lo demás vendrá rodado: Thomas accede a embutirse en la tela de saco que utiliza su padre para que los polluelos le sigan, les toma cariño, aprende a pilotar un ultraligero y, emulando El maravilloso viaje de Nils Holgersson (que, de repente, se convierte en su libro de cabecera), vuela hasta Noruega sin escalas, ida y vuelta. Vamos: que lo de Lindbergh, a su lado, fue una minucia…

Por último, y para que el "milagro" sea todavía más increíble, el chaval lo peta en las redes sociales, medio mundo lo aclama y la otra mitad (integrada por los políticos y autoridades que, en principio, se oponían a la gesta por considerarla un atentado contra la salud pública) se desdicen de sus críticas y/o impedimentos legales para acoger al padre como a un héroe (y no como a un embustero que falsificó los permisos para tirar adelante con su heroica cruzada animalista). Por supuesto, los padres de Thomas se reconcilian (como no podía ser menos) y, he ahí la guinda a tantos lugares comunes, se cierra la película con otro topicazo, esta vez en forma de proverbio indio: “No heredamos la tierra de nuestros ancestros, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos…”


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Conozco algun caso mas que problematico con adolescentes y video juegos de por medio, chavales que vegetan en sus cuartos y a los que los padres no saben por donde coger. A nuestro hijo le pillo la epoca "gameboy" y afortunadamente no nos dio grandes quebraderos de cabeza. Se me antoja interesante la trama y desde luego todo un desafio tratar de que un chico/a desconecte y disfrute del mundo que le rodea. Esa imagen con las crias en el agua es preciosa.
    No se si es que me sale el abuelo que llevo dentro pero me dejo llevar y ya sabes, quizas me pongo un poco pesao...jeje
    Venga, saludos!

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    1. No, hombre, no: de pesado nada. Tus comentarios son siempre bien recibidos, Fran.

      En cualquier caso, ésta es una de esas películas bienintencionada, con mensaje, para todos los públicos.

      Saludos

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