domingo, 16 de febrero de 2020

El boxeador y la muerte (1963)




Título original: Boxer a smrt
Director: Peter Solan
Checoslovaquia, 1963, 103 minutos

El boxeador y la muerte (1963) de Peter Solan


Con la pantalla aún en negro, lo primero que oímos son unos puños percutiendo sobre la superficie de un saco de boxeo. Que, junto a la efigie sudorosa del esforzado púgil, aparecerá acto seguido para devolvernos la impronta, en blanco y negro, de un gimnasio cuasi vacío. Lo acompaña su novia, una joven rubia que esquiva los vaivenes del saco con una habilidad que denota la pericia de quien ha presenciado cuantiosas horas de entrenamiento. Tras intercambiar algunas palabras, el hombre cuelga los guantes y entra en el vestuario para cambiarse.

La sorpresa viene justo después, cuando el mismo individuo reaparece, ya en el exterior, perfectamente uniformado con el atuendo de un alto oficial nazi. Que se incorpora a una concurrida comitiva cuyos integrantes lo saludan con el brazo en alto. La evidencia se concreta: estamos en un campo de concentración, a la espera de que el militar dicte sentencia contra un grupo de internos que han intentado fugarse. Tras ser examinados, a uno de ellos lo apartarán del resto: resulta que, en algún momento de su vida, fue boxeador…



Dotada de una estructura inequívocamente teatral, Boxer a smrt (1963) encarna lo mejor de aquel cine checoslovaco que precedió a la Primavera de Praga. Y no sólo por la excelente interpretación de sus actores, sino, de un modo especial, gracias a la sutileza con la que son expuestas las relaciones de poder en el interior de un campo de exterminio. Una jerarquía teóricamente inalterable, pero cuyos resquicios se irán haciendo cada vez más evidentes conforme el sparring supere en destreza a su rival y “salvador”.

Aunque el microcosmos descrito por el cineasta Peter Solan (1929–2013) podría, asimismo, hacerse extensible a muchos otros ámbitos del mundo real, ya sea en el dominio político o incluso laboral. Un poco en la línea del territorio que otro cineasta no menos relevante, el Joseph Losey de su autoexilio europeo, exploraría ese mismo año, a partir de un guion del dramaturgo Harold Pinter, en The Servant (1963).


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Cualquier pelicula (si, tambien las de Rocky...jeje) que aborde el boxeo me interesa. Desde luego ese arranque es sorprendente. Queda anotada y por supuesto en "preferente".
    Gracias por la recomendación, saludos!

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    Respuestas
    1. Una película con mucho "gancho"...

      Puedes verla, con subtítulos en inglés, en el enlace de vimeo que destaco en azul en el texto.

      Un abrazo

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