Título original: La Vénus à la fourrure
Director: Roman Polanski
Francia/Polonia, 2013, 96 minutos
La venus de las pieles (2013) de Roman Polanski |
Lejos de ser un defecto, la innegable esencia teatral del filme que nos ocupa representa un reto para la pareja de intérpretes que se baten en este tour de force intensamente perverso. Porque lo que empieza como una típica disputa entre el gato y el ratón, terminará por degenerar en cruel apología contra las prerrogativas del patriarcado: la masculinidad atrapada en su propia trampa. Lectura en clave feminista a la que también se prestan otros títulos de la filmografía de Polanski, siendo el caso más flagrante la comprometedora situación en la que acaba inmerso el personaje de Donald Pleasence en Cul-de-sac (1966).
Y todo ello enmarcado en una atmósfera de irrealidad en la que distintos planos de ficción se entremezclan constantemente hasta dejarnos casi tan confundidos como al director escénico al que da vida Mathieu Amalric. A este respecto, y dado su alto grado de onirismo, más que una película que se ve, La Venus de las pieles (2013) sería, en todo caso, una película que se sueña.
Fruto de esa particular evolución de los personajes, Vanda (Emmanuelle Seigner) se irá gradualmente transformando ante los ojos del espectador desde la vulgar aspirante a hacerse con el papel protagonista de una adaptación de la novela de Sacher-Masoch, en las primeras escenas, hasta la deidad dominatriz con pinta de bacante griega que somete a su propio amo en el desenlace.
Pero ¿de dónde sale realmente esta mujer? En ese sentido, la estructura circular del filme, precedida y rematada con un trávelin en el que la cámara se adentra y luego abandona el interior de un destartalado teatro parisino, no deja lugar a dudas: Vanda es fruto de la imaginación de un director devorado por los fantasmas que atormentan su soledad; es la culpa hecha carne; la personificación de sus deseos más recónditos e inconfesables. De ahí que Thomas, en el momento culminante de la relación que los une, le acabe revelando a su fustigadora que "Nada es más sensual que el dolor ni nada es más excitante que la degradación."
la verdad que me gusta todo, el poster, el director y la trama... no sabia nada de esta película así que gracias... saludos...
ResponderEliminarDe nada: soy yo quien se siente privilegiado por habértela descubierto.
EliminarSaludos,
Juan
Hola Juan!
ResponderEliminarMe he perdido un monton de peliculas de la filmografia de Polanski, esta es una de ellas. Al leer tu reseña y la trama me asalta una pregunta, quizas algo absurda, ¿no crees que hay peliculas que deben de ser vistas a determinada hora del dia? No se si me explico, yo por lo general la mayoria las veo de madrugada y por la mañana recien llegado del trabajo (mi turno es de noche), casi nunca veo cine a media tarde, manias...
Pues nada, a disfrutar del finde y a ver buen cine!
Pues no sabría qué responderte, Fran. Queda claro que una peli de terror, por ejemplo, impresiona más si la ves de noche que a pleno sol. Pero, en fin, me parece algo muy subjetivo. Lo que sí es cierto es que, dependiendo de lo cansado que estés, el momento que elijas puede hacer que una peli te guste más o menos.
EliminarGracias por tu comentario y hasta pronto.
En dura pugna con "El escritor", es el mejor Polanski de la década (a falta de ver la de "El oficial y el espía").
ResponderEliminarSaludos.
Es un brillante ejercicio de estilo, con una esplendorosa Emmanuelle Seigner que va ganando en voluptuosidad conforme avanza la trama.
EliminarUn abrazo.