domingo, 26 de mayo de 2019

Los pianos mecánicos (1965)




Director: Juan Antonio Bardem
España/Francia/Italia, 1965, 94 minutos

Los pianos mecánicos (1965) de Bardem


He aquí una de esas películas —tan típica, por otra parte, de los años sesenta— en la que el envoltorio prevalece sobre el contenido. Lo cual no es óbice, ni mucho menos, para que posea un indiscutible encanto vintage. Pero, aun así, una serie de elementos se alían en su contra. De entrada, el hecho de que se trate de una coproducción entre varios países facilita su apariencia despersonalizada, con el agravante de un reparto internacional y variopinto en el que conviven estrellas tan dispares como Melina Mercouri (Jenny), James Mason (el novelista Regnier) o Hardy Krüger (Vincent).

Por otra parte, las localizaciones turísticas (Cadaqués, en este caso, rebautizado como Caldeya), unidas al colorido estridente de los títulos de crédito y la soberbia banda sonora de Georges Delerue, confieren al conjunto el aspecto de un folleto publicitario en el que, indistintamente, la peli promociona las playas de la Costa Brava y, a su vez, nuestra benigna climatología patria presta su esplendor a toda producción cinematográfica que se sirva de ella como carta de presentación.

Regnier (James Mason) y Vincent (Hardy Krüger) en Caldeya

No podían faltar, por supuesto, componentes de tipo erótico (entonces más suculentos que hoy en día: que el españolito medio andaba falto de estímulos, merced a la represión impuesta por el nacionalcatolicismo): extranjeras en biquini, la magnificencia sensual de la Mercouri, el morbo de un affaire entre una mujer madura y un jovencito afligido por dudas existenciales, las fiestas mundanas, el ambiente cosmopolita de artistas e intelectuales que allí se dan cita...

En fin: que tampoco hacía falta mucho más para excitar la imaginación del personal. Aunque Juan Antonio Bardem, por aquello de su proverbial militancia política y pese a tratarse de un trabajo meramente alimenticio, no pudo evitar la tentación de incluir un par de detalles que podrían calificarse como vagamente "sociales": uno es la canción en catalán que, durante unos segundos, entona la anciana María (Josefina Tapias), todo un atrevimiento en tiempos de prohibición para todo lo relacionado con dicha lengua; el otro, es la fugaz escapada de Jenny y Vincent a las profundidades de la noche barcelonesa: inframundo canalla de garitos infectos y callejas atestadas de meretrices en el que ella se reencontrará con antiguos amantes y él, más recatado, fingirá sentirse incómodo. Añádase, por último, un niño, encargado de llevar al padre por el buen camino, et voilà: eso son Los pianos mecánicos.

Jenny (Melina Mercouri)

2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Desde luego que la trastienda de estas peliculas podria resultar mas interesantes que la historia en si. Curiosos esos detalles que nos cuentas. Desde luego no cabe duda de que muchas de estas producciones resultaban toda una postal de la epoca. Te dire una cosa, a mi Melina Mercouri me parece una señora muy atractiva y con un buen sex-appeal.
    Por cierto, eso que comentabas sobre los titulos que le ponian a las latas ("fiestas del Pilar") para burlar a la censura me ha parecido tremendo. Ya se suele decir que las dificultades agudizan el ingenio...
    Siempre interesantes tus entradas. Saludos y feliz semana!

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    1. Hola, Fran:

      Lo de esta peli, además de postal (como dices), se puede calificar de pastiche. Aunque yo, particularmente, me quedo con su banda sonora jazzística.

      Gracias por tu seguimiento entusiasta.
      Hasta pronto,
      Juan

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