Título original: Fleurs de sang
Directores: Myriam Mézières y Alain Tanner
Francia/España/Suiza, 2002, 100 minutos
Flores de sangre (2002) de Mézières y Tanner |
Un día más —y, con éste, ya van unos cuantos— la actriz y guionista Myriam Mézières se ha dejado caer por la Filmoteca de Catalunya para presentar otro de los filmes que conforman la retrospectiva que se le está dedicando a lo largo del presente mes de diciembre. En esta ocasión, la película elegida no podía ser más oportuna, dada la triste noticia del hallazgo del cadáver de la profesora onubense Laura Luelmo. Es por ello que Mézières, visiblemente emocionada, ha querido dedicar su película "a todas las mujeres que no tienen quien las defienda".
Fleurs de sang supuso la primera y hasta ahora única incursión tras las cámaras de una artista que contó, como no podía ser menos, con la ayuda de su mentor, el suizo Alain Tanner. Cuenta la historia de una cabaretera llamada Lily, especializada en números eróticos de contenido mitológico (como el que recrea la fábula de Júpiter, metamorfoseado en cisne, y Leda) que pretenden ir más allá del típico espectáculo grosero.
Pero Lily, hermosa bohemia de vida errante (tanto física como afectivamente hablando), tiene una hija menor de edad que la acompaña de hotel en hotel y de garito en garito, circunstancia que motivará que los servicios sociales le acaben retirando la custodia de Pam (que así se llama la criatura).
Escrito por la propia Mézières y rodado entre L'Alcúdia (Comunidad Valenciana) y París, el guion de Flores de sangre abarca varios años de la trayectoria vital de sus protagonistas a través de un larguísimo flashback. Un descenso a los infiernos que llevará a la madre desde los escenarios hasta los suburbios parisinos, en cuyos míseros ambientes subsiste como sin techo alcoholizada.
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