lunes, 3 de septiembre de 2018

Drácula negro (1972)




Título original: Blacula
Director: William Crain
EE.UU., 1972, 93 minutos

Drácula negro (1972) de William Crain


Filmada en las postrimerías del Black Power, justo cuando la estrella de organizaciones radicales como los Panteras Negras empezaba a apagarse, Blacula (1972) supuso la respuesta afroamericana al género vampírico. Con un innegable toque paródico, eso sí, que ponía de manifiesto hasta qué punto se trataba de un estilo decadente cuyo declive, por contradictorio que parezca, le iba muy bien a la película en términos de exaltación racial.

De hecho, la trama se inicia en 1780 con la visita del príncipe africano Mamuwalde (William Marshall) y su joven esposa Luva (Vonetta McGee) a Transilvania al frente de una delegación que pretende abolir la esclavitud. Lo que venga después ya será la adaptación del mito clásico a la realidad negra estadounidense de principios de los setenta, haciéndoselo venir bien para que la música soul de grupos como The Hues Corporation, que aparece en varias escenas interpretando sus propias canciones, tenga un peso específico en la descripción de ambientes.



Una vez que la acción se traslade a Los Ángeles, ya en 1972, ésta virará hacia la típica investigación detectivesca, con Mamuwalde transfigurado en Blácula y una curiosa pareja interracial de trabajo, la que forman el doctor Thomas (Thalmus Rasulala) y el teniente Peters (Gordon Pinsent), metáfora indiscutible a favor de la concordia étnica, encargada de esclarecer quién se encuentra detrás de los horribles crímenes que están sembrando el pánico entre la comunidad negra de la ciudad (¿otra alegoría, en este caso de la violencia policial en la vida cotidiana?).

Procedente del mundo televisivo, medio para el que dirigiría episodios de Starsky y Hutch, Los hombres de Harrelson y otras series míticas, el director William Crain se acabó especializando en este tipo de engendros afro —como lo fue, por ejemplo, Blackenstein (1973) de William A. Levey— que mezclaban el terror con lo racial. Suya es, también, Dr. Black, Mr. Hyde (1976), adaptación sui géneris de la novela de Robert Louis Stevenson. Aunque la secuela de Drácula negro, titulada Grita, Blácula, grita (Scream Blacula Scream, 1973) corrió a cargo de otro realizador de televisión: Bob Kelljan.


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