Director: Pere Portabella
España, 1968, 77 minutos
Según Pere Portabella "La contemplación también nos hace libres". Y esa es precisamente la única alternativa que nos queda como espectadores en el caso de Nocturno 29: admirar una sucesión de imágenes inconexas engarzadas mediante un sentido del montaje eminentemente musical. Algunas de ellas de lo más insólito, como esa partida de póquer en la que se enfrentan Antoni Tàpies, Antonio Saura, Mario Cabré i Lucia Bosé.
De nuevo se alternan secuencias en color con otras en blanco y negro. En este último caso fue vital la intuición del director de fotografía Luis Cuadrado para conseguir la textura exacta que solicitaba Portabella en la escena inicial del film. Finalmente, y tras muchas probaturas, se pudo solventar la situación filmando las imágenes en el negativo de sonido (más resistente).
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