viernes, 16 de junio de 2017

El sueño de Gabrielle (2016)




Título original: Mal de pierres
Directora: Nicole Garcia
Francia/Bélgica/Canadá, 2016, 120 minutos

El sueño de Gabrielle (2016) de Nicole Garcia


Car au fond, en amour, il s’agit peut-être au bout du compte de se fier à la magie, on ne peut pas dire qu’on puisse trouver une règle, quelque chose à suivre pour que tout se passe bien.

Milena Agus
Mal di pietre (Traducido del italiano por Dominique Vittoz)

¿Cuántas películas deben de haberse estrenado durante los últimos años que contengan el nombre de Gabrielle? ¿Y no fue también Marion Cotillard quien protagonizó El sueño de... Ellis...? ¿A las órdenes de James Gray...? Pero, antes de dejarnos arrastrar por una más que justificada sensación de déjà vu, conviene aclarar que el título francés de El sueño de Gabrielle es Mal de pierres: "mal de piedra", jugando con el doble sentido de los cálculos en las vías urinarias que padece la protagonista y la pétrea rigidez de su vida sentimental.

Poco más se puede añadir a propósito de una historia que transcurre entre los años cuarenta y sesenta y que se centra en el matrimonio forzoso entre los Rabascall. Él (Alex Brendemühl) es un republicano español; ella, la hija de unos granjeros que no entienden sus ansias de libertad. Cuando, tiempo después, Gabrielle sea internada en un balneario suizo para ser tratada de sus dolencias renales, conocerá al que cree ser el amor de su vida: el teniente André Sauvage, convaleciente de las heridas recibidas en Indochina e interpretado por Louis Garrel. Pero "toda la vida es sueño y los sueños..."



Es curioso constatar, a raíz de un filme como éste, cómo lo que funciona sin mayores problemas en una novelita de apenas cien páginas resulta, en cambio, vagamente sensiblero y escasamente verosímil al ser trasladado a la pantalla. Por más que su directora (la también actriz Nicole Garcia) haya introducido varios cambios en el guion con respecto a la obra de la italiana Milena Agus, siendo el más llamativo el trasladar la acción desde Cerdeña hasta la Provenza francesa.

Con todo, debería ser valorado en su justa medida el esfuerzo interpretativo de los actores, en especial el llevado a cabo por una Marion Cotillard que realiza una compleja labor de introspección a la hora de hacer entender qué es lo que lleva a una mujer perteneciente a un determinado medio social a enfrentarse contra los dictados del entorno a través de los sueños que forja en su mente.


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