Título original: 护士日记 / Hushi riji
Director: Jin Tao
China, 1956, 97 minutos
Diario de una enfermera (1956) de Jin Tao |
La vida es de color de rosa, pero la película es en blanco y negro... El cine chino del período maoísta obedece en su práctica totalidad a la paradoja de mostrar el lado bueno de la sociedad comunista a través de filmes tan panfletarios como maniqueos.
En el caso de Diario de una enfermera, las palabras del comisario de la remota comuna adonde ha ido a parar la protagonista no dejan lugar a dudas: a menudo, uno no tiene más remedio que anteponer los intereses de su patria a los propios; pero, si dicho sacrificio se lleva a cabo con alegría, nada hay más satisfactorio. Por eso, en la última escena, cumplida la misión que les ha llevado hasta la región fronteriza del nordeste del país, se marchan henchidos de júbilo en sus destartalados camiones para repetir el proceso en alguna otra recóndita comarca.
Y, para que su abnegada renuncia resulte dramáticamente más conmovedora, la muchacha se verá en la tesitura de tener que elegir entre un brillante novio o el servicio a la nación en la hora clave que permita consolidar el socialismo. Claro que si el prometido en cuestión es un médico de Shanghái más bien serio, egoísta y un tanto arrogante, el espectador debía (teóricamente) tenerlo muy fácil para identificarse con la decisión finalmente adoptada por la chica. Alacridad frente a acritud: una fórmula a la que todos los regímenes totalitarios acaban recurriendo en su propaganda.
Hushi riji contiene, por otra parte, diversas canciones, algo habitual en este tipo de cintas, encaminadas a dorar la píldora a través del fácil recurso de la música y las subtramas románticas, aunque en los momentos de clímax narrativo se tire asimismo de las adversidades meteorológicas mediante la acometida de un tifón que a punto está de dar al traste con el arduo trabajo hasta entonces realizado por los sonrientes obreros de la comuna.
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