sábado, 17 de agosto de 2024

La mano en la trampa (1961)




Director: Leopoldo Torre Nilsson
Argentina/España, 1961, 85 minutos

La mano en la trampa (1961) de Torre Nilsson


Hay algo en la atmósfera claustrofóbica de La mano en la trampa (1961) que pudiera recordar a la Manderley de Rebecca (1940) o al Maycomb de Matar un ruiseñor (1962), aquel pueblo ficticio de Alabama tras cuyas paredes se escondía algún ser demente al que la ignorancia y la malicia de los lugareños habían mitificado y convertido en terrible monstruo. Incluso, rizando el rizo, sería posible entrever algo del caluroso verano sureño en el que transcurría Un tranvía llamado deseo (1951), con aquellas señoritas de buena familia a las que el ambiente opresivo de una sociedad provinciana condena al aislamiento.

Tales serían, a grandes rasgos, las coordenadas más reconocibles de una película, coproducción hispanoargentina, en la que la maestría de Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978) perfila una historia a medio camino entre el drama psicológico y las oscuras rencillas familiares a las que debe hacer frente la protagonista (Elsa Daniel). A este respecto, Laura Lavigne responde al perfil de joven sensible y solitaria, pese a sus andanzas con Miguel (Leonardo Favio), pero con la firme determinación de descubrir los secretos que tanto su madre como su tía han ido tejiendo en el seno de un hogar marcado por una férrea disciplina.



La irrupción en escena del apuesto Cristóbal Achával (Paco Rabal), hombre al que precede un aura de extrema ambigüedad, acabará de precipitar unos hechos largamente silenciados que entroncan tantísima confusión y dolor entre distintas generaciones. De hecho, el contacto con Cristóbal constituye para Laura el detonante con el que empieza a resquebrajarse la represión sexual que hasta entonces ha imperado en el universo exclusivamente femenino de la casa.

Auspiciada por Uninci, productora próxima al PCE, la cinta contó con una interesante banda sonora de tintes jazzísticos, a cargo de Cristóbal Halffter, que realza el carácter un tanto fantasmagórico de la trama. Relato que, por cierto, en su versión argentina arrancaba con una escena inicial que no se incluyó en el montaje para el mercado español. En ésta se ve a Laura en su colegio de monjas, justo antes del inicio de las vacaciones escolares, siendo amonestada por la hermana superiora sobre los peligros que comportan la ociosidad y determinadas lecturas.



4 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Entre todas las películas que reseñaste útimamente esta es la única que vi. Aunque debo confesar que fue hace tanto tiempo (creo que unos 22 años) que yo era otro. Debería volver a verla luego de tu reseña.
    La Peste de Luis Puenzo es otra que me gustaría ver, aunque esta por vez primera. Gran deuda con el cine tengo.

    Sigo juntando películas para mirar, es que los fines de semana al estar solo con la niña de 3 años, se complica.
    Creo que la única manera es ir al cine en la semana.

    Un abrazo, querido amigo

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    Respuestas
    1. Y sin embargo, Frodo, estoy convencido de que no hay película, por buena que sea, que supere la alegría de disfrutar de tu hija. La vida es cuestión de prioridades, ya sabes.

      Otro abrazo grande para ti, amigo.

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