domingo, 25 de agosto de 2024

El artista y la modelo (2012)




Director: Fernando Trueba
España/Francia, 2012, 105 minutos

El artista y la modelo (2012) de Fernando Trueba


Una película de silencios, en la que el tiempo parece haberse detenido, filmada en elegante blanco y negro. Son varios los motivos que hacen de El artista y la modelo (2012) una pequeña obra maestra en su género, el de los filmes que muestran el proceso de creación desde la nada hasta concretarse en algo tangible. En ese sentido, el guion que firman conjuntamente Fernando Trueba y Jean-Claude Carrière bebe de fuentes tan reconocibles y sobresalientes como Le mystère Picasso (1956) de Clouzot, añadiéndole, además, una trama en la que el eco de la ocupación nazi revierte en un mayor dramatismo si cabe.

Reparto reducido, pero qué reparto, encabezado por nombres legendarios como los de Claudia Cardinale, Jean Rochefort (1930-2017) y hasta Chus Lampreave (1930-2016), estos dos últimos en el tramo final de sus respectivas carreras, lo cual le otorga al conjunto un cierto toque crepuscular. En cambio, y en abierto contraste, la belleza y juventud de Aida Folch, descubierta precisamente por Trueba, a cuyas órdenes debutara en El embrujo de Shanghái (2002), aporta la dosis necesaria de frescura en una historia a propósito de la relación entrañable que se establece entre un veterano creador y una aprendiz de musa.



En ese mismo orden de cosas, se produce también un curioso paralelismo entre Léa, el personaje interpretado por Claudia Cardinale, y Mercè (Folch), algo así como la antigua modelo, orgullosa de su experiencia, aunque ahora ya confortablemente instalada en un rol secundario, y la sustituta que, huyendo de la barbarie que dejó atrás en la España franquista, recoge el testigo de la venerable esposa para convertirse en la inspiradora de una última y genial figura escultórica.

Según parece, el proyecto de llevar a cabo esta historia venía ya de antiguo, en lo que tenía que haber sido una colaboración entre Fernando Trueba y su hermano mayor, Máximo (1953-1996), escultor y profesor, fallecido años atrás en un fatídico accidente de tráfico y a quien la película está dedicada. En todo caso, queda para la posteridad la magnífica actuación de Rochefort, cuyo personaje, hombre de aspecto un tanto quijotesco, sostiene que dos son las pruebas irrefutables de la existencia de Dios: el cuerpo de la mujer y el aceite de oliva.



4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Que, sin embargo, se fue de vacío pese a las trece candidaturas a las que optaba en los Premios Goya...

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  2. Grandes interpretaciones de Rochefort y el resto del reparto. Está bien, pero en su afán de ser renoiriana, evidencia cierto academicismo, pecado imperdonable cuando se habla de artistas y de modelos (a seguir).

    Un abrazo.

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    1. Pues fíjate que yo la veo más truebatina que renoiriana. No sé: a pesar de las imperfecciones que pueda tener, me sigue pareciendo una gran película.

      Un abrazo.

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