sábado, 31 de agosto de 2024

El sueño del mono loco (1989)




Título en inglés: Twisted Obsession
Director: Fernando Trueba
España/Francia, 1989, 108 minutos

El sueño del mono loco (1989) de Fernando Trueba


Una película hipnótica cuya trama se bifurca, conforme avanza, hacia derroteros inesperados. Quien haya visto la reciente Isla Perdida (Haunted Heart, 2024) reconocerá en ella algunos elementos que Fernando Trueba había ensayado ya, muchos años antes, en El sueño del mono loco (1989). En ese sentido, el argumento de Manolo Matji, Menno Meyjes y el propio Trueba, adaptación de la novela homónima de Christopher Frank, se adentra en los entresijos de una historia repleta de claroscuros que tiene como eje central a un guionista en horas bajas.

Daniel Gillis (Jeff Goldblum) acaba de separarse y, aparte de cuidar de su hijo pequeño, acepta implicarse, a instancias del productor Legrand (Daniel Ceccaldi), en un proyecto disparatado que dirigirá un debutante director inglés llamado Malcolm Green (Dexter Fletcher). La cosa parece que no tiene demasiado futuro y a punto estará de dejarlo correr, pero entonces se cruza en su camino la misteriosa hermana menor de Greene, Jenny (Liza Walker), y todo cambia definitivamente.



Como hiciera Polanski por aquellas mismas fechas en Frantic (1988), el mayor de los Trueba sitúa la acción de esta su cinta, rodada en inglés y agraciada con seis Goyas, incluidos Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guion Adaptado, Mejor Fotografía (para José Luis Alcaine) y Mejor Montaje, en un París un tanto inhóspito que encierra muchos secretos bajo su idílica apariencia de eterna ciudad de las luces.

En suma, un laborioso juego entre ficción y realidad en la más pura tradición del cine de suspense, adornado con una inquietante banda sonora orquestal del francés Antoine Duhamel. El protagonista se debatirá entre el amor de varias mujeres, incluida su agente (Miranda Richardson), una rubia en silla de ruedas que lo mismo podría ser una perversa bruja que una sirena bondadosa. El resto, críptico y a ratos perturbadoramente incómodo, avanza por terrenos más propios de una pesadilla, alegoría espeluznante del mundo en torno a la industria cinematográfica.



4 comentarios:

  1. Un ejercicio de suspense muy superior a la reciente "Isla perdida". Por momentos, fascinante.

    Un abrazo.

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