martes, 15 de octubre de 2019

Mientras dure la guerra (2019)




Director: Alejandro Amenábar
España/Argentina, 2019, 107 minutos

Mientras dure la guerra (2019)
de Alejandro Amenábar


Más allá de los tópicos y prejuicios que abonan el terreno a la controversia, Mientras dure la guerra (enésima relectura de nuestra contienda "incivil") no pasa de ser una superproducción en toda regla, con todo lo bueno y malo que ello comporta. Puntos fuertes serían, a este respecto, la lograda caracterización de Karra Elejalde, Eduard Fernández o Santi Prego en sus respectivos papeles de Unamuno, Millán-Astray y Francisco Franco, así como la dirección artística y los exteriores rodados en tierras salmantinas.

Menos afortunada, en cambio, es esa insufrible tendencia al subrayado de un cierto tipo de cine español que, subestimando la inteligencia de los espectadores, recurre a innecesarios carteles aclaratorios, en este caso al final de la película, para recordarnos cuándo se celebraron las primeras elecciones democráticas o en qué año falleció el dictador.



Un poco en esa misma línea, se ha pretendido esbozar a los personajes principales mediante dos o tres pinceladas definitorias de su carácter. Como, por ejemplo, la afición de don Miguel por la papiroflexia (Unamuno, de hecho, fue el autor de unos Apuntes para un tratado de cocotología). O ese momento, tan poco verosímil, en el que La Collares, agarrando de la mano a su propia hija, suelta aquello de: "¡Nenuca, vámonos!" Improbable dialectalismo que, en boca de doña Carmen Polo, tiene por objetivo recordar que la señora era de Oviedo.

Minucias si se compara con la relevancia de lo que se pretende contar: nada menos que la génesis de cómo ese "pobre hombre" de voz atiplada, curtido en las campañas africanas, lograría en poco tiempo hacerse con el control de la situación por encima del resto de integrantes de la Junta de Defensa Nacional presidida por el general Cabanellas (Tito Valverde). Arribismo que el viejo rector de la universidad, otro personaje cambiante a lo largo de una trayectoria en la que lo mismo fue marxista que devoto católico, no dudará en denunciar pese a haber dado inicialmente su apoyo a la sublevación militar.


4 comentarios:

  1. Que tal Juan!
    Senti mucha rabia y pena cuando vi en la televisón el intento de boicotear la proyección en no recuerdo que cine. Con los años me he calmado pero a decir verdad creo que hubiera reaccionado si me pilla alli dentro.
    En cuanto a la pelicula, todavia no la he visto, algunos amigos me han hablado muy bien de ella.
    Esas explicaciones que comentas es cierto que chirrian un poco, en todo caso tambien es cierto que entre mucha gente joven abunda mucho desconocimiento sobre el tema. Lo digo pues en alguna ocasión han preguntado en la calle cosas bastante basicas al respecto y las respuestas mostraban lagunas importantes en algunos de los encuestados.
    Saludos!

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    1. ¿De veras crees que el cine debe educar al espectador? Francamente, lo que aquí ocurre es otra cosa muy distinta: estamos frente a una superproducción, producida por Movistar+, que acabará viendo mucha gente. De ahí el interés por darlo todo tan "masticado"...

      Y respecto a los incidentes en un cine de Valencia, algo me dice que quizá se tratase de un montaje para promocionar la peli: vamos, que los supuestos ultras no eran sino extras pagados por la productora de la película. Cosas más raras se han visto, créeme.

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    2. Es interesante esto que planteas. Creo que al menos lo que no deberia de hacer es tergiversar la historia. Soy de los que piensan que el cine puede ser una herramienta o complemento muy util en un aula, ya bien sea para abrir o provocar un debate o como introducción para abordar hechos historicos. Es evidente que la objetividad en ocasiones provoca recelos, a esta pelicula por lo que he leido le han caido varios palos desde ambas orillas del rio (lo siento, el eufemismo es un poco cursi...) Hay que tener en cuenta que abordar esa triste etapa de la historia siempre despierta recelos y vuelve a reabrir heridas, curiosamente su estreno ha venido a coincidir con todo el asunto de los restos del dictador lo que ha sacado de las catacumbas (que no del armario...) a ciertas ideologias.
      La verdad que me has dejado a cuadros con esa posibilidad, no se me habia pasado por la cabeza... Desde luego como maniobra publicitaria es de lo mas eficaz, ese episodio tuvo eco en todos los telediarios.
      Lo dicho, esto daria para una interesante charla con cafe o derivados, pena de la distancia...jeje
      Saludos Juan!

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  2. Comparto contigo el interés por el cine como herramienta ideal para ser utilizada en las aulas (de hecho, este blog nació como complemento de mis clases de Historia del cine). En cambio, detesto cuando es el propio filme el que subestima la capacidad del espectador para entender lo que está viendo. Un ejemplo: al principio de "Mientras dure la guerra" se ve cómo un grupo de soldados nacionales irrumpen en un edificio público y detienen a un señor con aspecto de ser alguna autoridad republicana. Hasta aquí todo normal. El problema viene cuando la que debe de ser su esposa se abalanza sobre ellos gritando: "¡Os estáis llevando al alcalde de Salamanca!" ¿De verdad hace falta recalcar tanto las cosas?

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