Director: José Luis Garci
España, 2019, 122 minutos
El crack cero (2019) de José Luis Garci |
El estreno, estos días, de una tan inusual como olvidable precuela en blanco y negro ha devuelto a la palestra cinematográfica a uno de los personajes míticos de la filmografía del no menos legendario José Luis Garci. Un Germán Areta de proverbial bigote y tan íntimamente asociado al rostro impenetrable del desaparecido Alfredo Landa (1933–2013) que se hace extraño verlo ahora interpretado por el murciano (y Goya 2017 al mejor actor revelación) Carlos Santos.
Definitivamente, el personaje se nos aparece hoy día tan desubicado como su propio creador, quizá porque el cine hace ya mucho rato que dejó de ser ese mejunje de diálogos postizos e interpretaciones sobreactuadas que, al parecer, tanto gustan a Garci. A este respecto, poco ayuda el hecho de que la acción se sitúe a finales de 1975, en vísperas de la muerte del dictador: que hay cosas que, por más que se subraye que acontecen en el pasado, quedaron obsoletas bastante tiempo atrás.
Quien haya visto recientemente El crack (1981) y El crack dos (1983) constatará de inmediato que todos los exteriores de El crack cero proceden de dichos filmes, de la misma manera que la pianística banda sonora de Jesús Gluck (1941–2018), sin duda una de las señas de identidad de la trilogía y aun del inconfundible tono melancólico del cineasta.
Garci y el coguionista Javier Muñoz, sustituto del que fuera su habitual colaborador, el añorado Horacio Valcárcel (1932–2018), presentan un universo de omnipresentes volutas de humo en el que Areta y su fiel acólito Moro (Miguel Ángel Muñoz) investigan el asesinato de Narciso Benavides, un sastre cuya muerte en extrañas circunstancias fue oficialmente considerada como suicidio. Y así, sucesivamente, irán desfilando por la pantalla el resto de elementos de una trama que transita por el habitual paisaje de continuas referencias al mundo del boxeo, interminables partidas de mus, al igual que una insistente obsesión por reprobar la violencia machista.
Que tal Juan!
ResponderEliminarHe de reconocer que en su momento la noticia de que Garci se embarcaba en este proyecto me causo alegria y cierta perplejidad. He visto el trailer y pocas conclusiones puedo sacar, aunque es cierto que me asaltan algunas dudas. Tengo la sensación de que ciertas atmosferas por mucho oficio y empeño que se ponga son dificiles de conseguir. No me gustan esos locales que pretenden aparentar lo que no son, ya sabes, bares y derivados que se llenan de attrezo simulando nostalgia, muebles travestidos con arrugas y demas... Insisto, es precipitado sacar conclusiones por apenas un par de minutos pero veo cosas que parece que estan metidas con calzador.
En todo caso siempre agradecido por tus reseñas, las tengo en cuenta, no lo dudes...
Saludos y buen finde!
No quisiera ser cruel con un director que, al fin y a la postre, fue el responsable, en buena medida, de mi cinefilia gracias al espacio televisivo "¡Qué grande es el cine!", donde tantas y tan buenas películas descubrí. Así que vaya por delante mi eterno agradecimiento. Ahora bien: abordar un proyecto como éste hoy en día, con los medios y de la forma en que Garci lo plantea, conlleva que el resultado final se parezca más a una de esas series de sobremesa de La 1 que no a lo que, en puridad, debería ser el cine. No sé si me explico...
EliminarVenga, Fran: saludos y hasta la próxima.