Título en español: Las amigas de Àgata
Directoras: Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen
España, 2015, 72 minutos
Les amigues de l'Àgata (2015) |
Todo el mundo hablaba de Les amigues de l'Àgata cuando se estrenó hace tres años. Me pregunto si realmente fueron tantos los que la llegaron a ver. En cualquier caso, la buena noticia es que abrió una senda por la que poco después transitarían Elena Martín y Carla Simón, demostrando que otro cine es posible y que con dos piedras y un palo no sólo se puede levantar una película, sino llegar al gran público.
De sobras es conocido el hecho de que sus directoras surgieron de la Universidad Pompeu Fabra y que la película iba a ser, en un principio, su proyecto final de carrera. Trabajo que, bajo la égida de Gonzalo de Lucas, se acabó convirtiendo en el retrato de cuatro veinteañeras, amigas desde la infancia y recién llegadas a la facultad, que comienzan a intuir que casi nada es para siempre (ni siquiera su amistad).
Cuatro directoras para cuatro actrices, una de ellas la ya mencionada Elena Martín (protagonista de la cinta y de la posterior Júlia Ist, con la que debutaría en la dirección). Su personaje, Àgata, es, de hecho, el primero en notar que algo está cambiando en su interior, quizá porque al entrar en contacto con nuevos ambientes (es estudiante de primero de Humanidades) va gradualmente perdiendo el interés por las cosas que solía hacer con sus amigas del colegio.
Todas ellas comparten un similar gusto por salir de fiesta y divertirse, aunque el final de la adolescencia (ésa que tanto tiende a prolongarse en las sociedades occidentales) acecha a la vuelta de la esquina y muy pronto (ellas aún no lo saben) dejarán de interesarles todas esas actividades sobre las que ahora giran sus vidas. Por eso, cuando se despiertan en Àgata los primeros síntomas de lo que parece ser la antesala de la vida adulta las otras tres reaccionan airadamente, incapaces de comprender que haya algo más que el grupo y pasarlo bien.
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