martes, 20 de octubre de 2015

Condenados (1953)




Director: Manuel Mur Oti
España, 1953, 95 minutos

Condenados (1953) de Manuel Mur Oti


Beethoven en la Mancha... Y no se pasea a lomos de un viejo rocín sino que lo hace de la mano de Manuel Mur Oti (1908-2003), creador de tan insólita asociación y director del drama rural Condenados, inspirado en la pieza teatral del mismo título de José Suárez Carreño y para cuya banda sonora se utilizó la música del mencionado músico alemán.

Quien no haya tenido ocasión de ver aún esta joya de la cinematografía española debería lanzarse inmediatamente de cabeza, ya que se trata sin duda de una obra maestra. Hay en ella algo del cine soviético, con esos soberbios planos en blanco y negro de la llanura castellana y los jornaleros que a base de abnegado esfuerzo laboran la tierra.

El apasionado triángulo amoroso que sirve de base a la trama lo forman Aurelia (Aurora Bautista), Juan (José Suárez) y José (Carlos Lemos), si bien son los celos los responsables de la tragedia que una y otra vez se cierne sobre el destino de los protagonistas con obstinada insistencia.

Aurelia y Juan
José y Aurelia

Condenados fue un film concebido expresamente para el lucimiento de Aurora Bautista y la habitual aparatosidad que caracterizaba su forma de encarnar los papeles dramáticos, aunque ello no es óbice para que funcione a la perfección la simbiosis entre música, paisaje e interpretación.

Aurora Bautista (Aurelia) en una de sus poses características


Rodada en el verano del 53 entre Camuñas (Toledo) y Medina de Rioseco (Valladolid), se inscribe en una tradición de películas ambientadas en el campo, como La venganza (1958) de Juan Antonio Bardem o Llanto por un bandido (1964) de Carlos Saura, en las que la lucha enconada entre vecinos de una misma aldea podría considerarse como un eco más o menos alegórico de los bandos que se enfrentaron en la guerra civil española. Sin embargo, Condenados se hallaría ideológicamente en las antípodas de los films de Bardem y Saura, habida cuenta de cómo el honor y la honra en la más pura tradición calderoniana parecen ser defendidos.

El equipo de Condenados (1953) durante una pausa del rodaje

No hay comentarios:

Publicar un comentario