Título en español: De algunos acontecimientos sin significación
Director: Mostafa Derkaoui
Marruecos, 1974, 76 minutos
De quelques événements sans signification (1974) de Mostafa Derkaoui |
Lodz - Casablanca - Barcelona. Tres ciudades sin conexión aparente, pero unidas gracias al cine y a la feliz recuperación de un filme que se creía perdido para siempre. Formado en Polonia junto con otros jóvenes marroquíes, el cineasta Mostafa Derkaoui regresó a su país con la promesa de que podría desarrollar una carrera profesional sin excesivas dificultades. Y así, mientras rodaba noticiarios oficiales para el Centre Cinématographique Marrocain, fue preparando paralelamente y en régimen de cooperativa la que había de ser su ópera prima: De quelques événements sans signification.
Craso error por parte del crédulo Derkaoui, quien vería cómo el régimen de Hassan II prohibió de inmediato su película con la excusa de que algunas escenas, rodadas en la zona portuaria de Casablanca, contenían un vocabulario excesivamente vulgar. La realidad, sin embargo, es que las autoridades advirtieron el peligro potencial de una cinta que daba la palabra a la gente de la calle y en la que incluso un obrero osaba rebelarse contra la tiranía de su patrón.
De modo que, tras un fugaz pase por el Festival Internacional Cinematográfico de París, en noviembre del 75, De quelques événements... entraría en ese oscuro sueño de los justos en el que caen tantísimas producciones de las que nunca más se vuelve a saber. Hasta que en marzo de 2016 la Filmoteca de Catalunya recibe un misterioso correo electrónico. Lo firma Léa Morin, investigadora francesa residente en Tánger, y sugiere que el negativo de la película tal vez se encuentre en los depósitos de dicha entidad. Lo cual no sólo acabó siendo cierto, ya que una resolución judicial había otorgado a la Filmoteca los fondos de Fotofilm SAE (laboratorio al que, en su día, acudieran los hermanos Derkaoui para el revelado de su filmación), sino que daría pie a una laboriosa restauración que esta tarde ha servido para inaugurar la XIII Muestra de cine árabe y mediterráneo.
¿Qué deparaba una tan larga espera? Pues una puesta en escena fresca y dinámica, adornada con el free jazz de la banda polaca Nahorny, cuyo planteamiento, en palabras del propio Derkaoui, "intenta ir más allá del cine" imaginando a un director en pleno rodaje que, en compañía de su equipo de colaboradores, interroga a los transeúntes a propósito de cómo creen ellos que debiera ser el nuevo cine marroquí. Curioso ejercicio de cinéma vérité, en el que colaboraron algunos pintores de la región mediante el dinero obtenido a través de la venta de sus cuadros, y que, más de cuatro décadas después, ha vuelto a ver la luz con renovado ímpetu.
Craso error por parte del crédulo Derkaoui, quien vería cómo el régimen de Hassan II prohibió de inmediato su película con la excusa de que algunas escenas, rodadas en la zona portuaria de Casablanca, contenían un vocabulario excesivamente vulgar. La realidad, sin embargo, es que las autoridades advirtieron el peligro potencial de una cinta que daba la palabra a la gente de la calle y en la que incluso un obrero osaba rebelarse contra la tiranía de su patrón.
De modo que, tras un fugaz pase por el Festival Internacional Cinematográfico de París, en noviembre del 75, De quelques événements... entraría en ese oscuro sueño de los justos en el que caen tantísimas producciones de las que nunca más se vuelve a saber. Hasta que en marzo de 2016 la Filmoteca de Catalunya recibe un misterioso correo electrónico. Lo firma Léa Morin, investigadora francesa residente en Tánger, y sugiere que el negativo de la película tal vez se encuentre en los depósitos de dicha entidad. Lo cual no sólo acabó siendo cierto, ya que una resolución judicial había otorgado a la Filmoteca los fondos de Fotofilm SAE (laboratorio al que, en su día, acudieran los hermanos Derkaoui para el revelado de su filmación), sino que daría pie a una laboriosa restauración que esta tarde ha servido para inaugurar la XIII Muestra de cine árabe y mediterráneo.
¿Qué deparaba una tan larga espera? Pues una puesta en escena fresca y dinámica, adornada con el free jazz de la banda polaca Nahorny, cuyo planteamiento, en palabras del propio Derkaoui, "intenta ir más allá del cine" imaginando a un director en pleno rodaje que, en compañía de su equipo de colaboradores, interroga a los transeúntes a propósito de cómo creen ellos que debiera ser el nuevo cine marroquí. Curioso ejercicio de cinéma vérité, en el que colaboraron algunos pintores de la región mediante el dinero obtenido a través de la venta de sus cuadros, y que, más de cuatro décadas después, ha vuelto a ver la luz con renovado ímpetu.
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