lunes, 6 de junio de 2016

Fátima (2015)




Director: Philippe Faucon
Francia/Canadá, 2015, 79 minutos

Fátima (2015) de Philippe Faucon


Quizá por el hecho de haber nacido en Marruecos (Oujda, 1958) al realizador Philippe Faucon le interesa enormemente el tema de cómo se adapta la inmigración magrebí en territorio francés. Su largometraje más reciente, Fátima, que fue coronado en la última edición de los premios César con tres galardones (Mejor película, Mejor guion adaptado y Mejor actriz promesa para la joven Zita Hanrot, a los que cabe sumar la nominación como Mejor actriz para Soria Zeroual), expone el choque cultural y generacional que se produce entre una madre de origen argelino y sus dos hijas de 15 y 18 años, respectivamente.

En ese aspecto, Fátima no sólo es la típica madre coraje que saca adelante a su familia a base de sacrificio y escasos recursos, trabajando como empleada doméstica, sino que también representa el centro de un matriarcado en el que la figura masculina es bastante residual, teniendo en cuenta que el padre rehizo su vida con otra mujer y que sólo esporádicamente mantiene contacto con Nesrine y Souad.

Y por si no fuera poco, la hija mayor está estudiando la ardua carrera de medicina mientras que la adolescente Souad se conduce con un pésimo comportamiento tanto en casa como en el instituto. De ahí que, ante la imposibilidad de mantener una comunicación fluida con sus hijas, Fátima opte, a raíz de un accidente laboral, por ir dejando por escrito en un diario íntimo todo lo que siempre les quiso decir pero que sólo es capaz de expresar en árabe. Finalmente, incluso dará el paso de inscribirse en unos cursos de alfabetización para superar del todo la barrera lingüística que la separa de los suyos.

La debutante Soria Zeroual es Fátima


Parcialmente inspirado en los libros autobiográficos de Fatima Elayoubi Prière à la lune (2006) y Enfin, je peux marcher seule (2011), el filme de Faucon pertenece a esa rara especie que a partir de unos medios de producción modestos y contando con actores en su mayor parte no profesionales es capaz, sin embargo, de transmitir grandes ideales. Cabría plantearse, a raíz de esto último, si es posible tratar una historia como la de Fátima sin incurrir en el buenismo que tan en boga está hoy en día. Y, en honor a la verdad, es justo señalar que Faucon no logra sustraerse completamente a esquemas que suenan a ya visto y que podemos encontrar en películas de hace algunos años como, por ejemplo, El domingo, si Dios quiere (Inch'Allah dimanche), dirigida en 2001 por Yamina Benguigui, realizadora de la misma generación que el director galo.

Philippe Faucon tras recibir el César a la Mejor película

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