sábado, 18 de junio de 2016

Que empiece la fiesta (1975)




Título original: Que la fête commence...
Director: Bertrand Tavernier
Francia, 1975, 114 minutos

Que empiece la fiesta (1975) de Bertrand Tavernier


Al margen de su reflexión acerca del poder (tema tan caro a Tavernier desde los inicios de su carrera hasta su último largometraje de ficción, Crónicas diplomáticas, en 2013), si por algo destaca Que la fête commence... es por una extraordinaria recreación del libertinaje dieciochesco. Pero sin moralinas ni tampoco morbosidad alguna: la voluptuosidad que practican los miembros de la corte del regente Felipe II de Orleans es mostrada como algo natural y cotidiano, con la espontaneidad y alegría de vivir que muy probablemente se dieron durante la época histórica que se recrea. En ese sentido, el guion de Jean Aurenche y Bertrand Tavernier renuncia a los efectismos al uso en películas posteriores como Las amistades peligrosas (1988) de Stephen Frears (director nacido, al igual que Tavernier, en 1941). En lugar de ello, prefieren adoptar un tono más en la línea de los filmes históricos de Éric Rohmer o incluso del último Rossellini.

El reparto de Que empiece la fiesta va encabezado por Philippe Noiret, capaz de componer a un humanísimo regente encargado de velar por los destinos de Francia durante la minoría de edad del futuro Luis XV y alejado de los estereotipos al uso; Jean Rochefort es el Abate Dubois, tan ateo como obsesionado por llegar a ser arzobispo y partícipe del mismo desenfreno que su señor; Jean-Pierre Marielle interpreta al excéntrico marqués de Pontcallec, quien será perseguido por pretender convertir la Bretaña en una república independiente. Por último, Nicole Garcia (de la que, casualmente, este fin de semana se estrena su última película: Grandes familias) es La Fillon, joven prostituta que frecuentará la compañía del regente.

El regente (Philippe Noiret) y su mano derecha el Abate Dubois (Jean Rochefort)

Recreación histórica de tintes cómicos, el tono festivo de Que la fête commence... lo aportan escenas como la inicial procesión bretona en la que el sacerdote amenaza con excomulgar a los ratones de una plaga o en los casamientos forzosos de los condenados a ir desterrados a Luisiana.

La banda sonora, por último, la conforman diferentes pasajes de piezas orquestales compuestas por el propio Felipe II de Orleans y que fueron ensambladas para la ocasión por Antoine Duhamel.

La corte en pleno banquete

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