viernes, 29 de mayo de 2020

La naranja mecánica (1971)




Título original: A Clockwork Orange
Director: Stanley Kubrick
Reino Unido/EE.UU., 1971, 136 minutos

La naranja mecánica (1971) de Stanley Kubrick


—¡Un libro!— dije—. ¡Usted está escribiendo un libro! —Hablé con una golosa muy áspera. —Siempre experimenté la mayor admiración por los que saben escribir libros. —Luego miré la primera hoja, y tenía escrito el nombre, LA NARANJA MECÁNICA, y dije: —Caramba, es un título bastante glupo. ¿Quién oyó hablar jamás de una naranja mecánica?

Anthony Burgess
La naranja mecánica (1962)
Traducción de Aníbal Leal

La que pasa por ser una de las películas más controvertidas del maestro Kubrick es también una de las más incomprendidas (por mucho que, en los últimos años, se haya revalorizado como título de culto a través de la venta de camisetas y todo tipo de material alusivo al particular universo de A Clockwork Orange). Se ha llegado incluso a decir que ya nació vieja, algo que podría achacársele, asimismo, a otras cintas que, como Fahrenheit 451 (1966) de Truffaut, fueron concebidas con una intención futurista que, debido al paulatino paso del tiempo y de las modas, ha quedado, tal vez, obsoleta.

Sin embargo, para llegar a su esencia hay que asumir, en primer lugar, el carácter eminentemente esperpéntico de los personajes, desde la jerga nadsat de los drugos protagonistas hasta la singular sobreactuación que el director impuso a sus actores. A este respecto, también la banda sonora, una extraña mezcolanza de piezas clásicas de Beethoven, Rossini, Purcell o Elgar pasadas por el tamiz electrónico de Walter (hoy Wendy) Carlos, más la guinda genial de Singin' In the Rain, posee un innegable matiz caricaturesco que, teniendo en cuenta el abrumador despliegue musical de la precedente Space Odyssey, roza la autoparodia.



En ese sentido, son varios los ejemplos que confirman el carácter de bisagra de La naranja mecánica dentro de la filmografía de Kubrick. Pongamos por caso cuando el ultraviolento Alex (Malcolm McDowell) y los suyos apalean al pobre sin techo: ¿acaso no están reproduciendo la misma conducta que los homínidos que se disputaban aquel charco pestilente en 2001? Y la misma sensación de déjà vu provoca el par de Lolitas que Alex se lleva a su cuarto, los continuos toques humorísticos que conectan de pleno con Dr. Strangelove o la visión fugaz en la que se ve a sí mismo ataviado con los ropajes de un centurión romano a lo Espartaco. Intuición corroborada por la presencia, en un lugar bien visible, del disco de 2001 en la tienda de vinilos que visita el joven.

Aunque, en esa misma línea, lo más interesante es, sin duda, cómo la película prefigura la posterior trayectoria del cineasta: el severo alcaide de la prisión que recuerda al sargento Hartman de Full Metal Jacket (1987), los espacios opresivos-laberínticos-inquietantes, así como la propia ultraviolencia, sobre los que volverá, con mayor insistencia todavía, en The Shining (1980)... Elementos, todos ellos, personalísimos, por cuanto constituyen lo más definitorio del estilo de Kubrick como cineasta, pero que, curiosamente, contrastan con la enorme fidelidad del filme respecto a la novela de Anthony Burgess.

"Sí, yo ya estaba curado..."

4 comentarios:

  1. Es interesante esta concepción de "La naranja mecánica" como película "central" dentro de la filmografía de Kubrick.

    Puede que la razón de la controversia alrededor del film radique precisamente en su impacto inmediato, o su carácter paradójico, su desmesura apabullante.

    Un abrazo.

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    1. También hay que tener en cuenta que sus alusiones de tipo sexual (con violación incluida) debieron de caer como una bomba en el momento de su estreno, ya que el mundo de aquel entonces difícilmente podía asumir la amoralidad que deja traslucir semejante historia. En ese sentido, parece bastante evidente que el Haneke de "Funny Games" retomó, muchos años después, el testigo de estos drugos ultraviolentos.

      Saludos.

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  2. Hola Juan!
    Tengo un vago recuerdo de su estreno, al menos aquí fue con algún año de retraso, yo era un niño todavía. De lo que no me olvido era de una gigantesca cola que daba la vuelta a la manzana, la película venia precedida de una gran polémica.
    Muy acertada y correcta tu reseña, creo que realmente nunca encajo bien en su tiempo, en todo caso otra buena muestra del buen hacer del maestro. No olvidemos que estuvo prohibida durante algún tiempo por lo de la "ultraviolencia".
    Saludos!

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    1. Claro. Y, en ese aspecto, entroncaría con "El último tango en París": otra película cuya recepción en nuestro país estuvo condicionada por una morbosidad malsana.

      Saludos.

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