miércoles, 6 de mayo de 2020

Cuenta conmigo (1986)




Título original: Stand by Me
Director: Rob Reiner
EE.UU., 1986, 89 minutos

Cuenta conmigo (1986) de Rob Reiner

Podría parecer una simple comedia juvenil de adolescentes que explican historias al calor del fuego en un campamento de verano. Pero no: Stand by Me es mucho más que eso. Se trata del rito iniciático de cuatro amigos que, siguiendo el trazado de la vía del tren, emprenden un viaje sin retorno: el que va desde la niñez hasta la pérdida de la inocencia.

De un modo o de otro, todos ellos tienen en común alguna congoja interior que los atenaza, pero que, al mismo tiempo, los une. Son la pandilla que comparte la cabaña en la copa de un árbol, primeros cigarrillos y alguna que otra gamberrada. Sin embargo, también habrá tiempo para confidencias y retos: cruzar el puente sobre el río con la locomotora pisándoles los talones, plantarle cara al matón de Ace (Kiefer Sutherland) y su banda de indeseables...



Chris (River Phoenix) es el malote del grupo, quizá porque viene de una familia desestructurada y ya está predeterminado por ello; Teddy (Corey Feldman) desempeña el rol de excéntrico, lo cual no deja de ser una fachada para sobrellevar el desequilibrio mental de su padre, un veterano que participó en el desembarco de Normandía, pero que también le quemó una oreja durante uno de sus arrebatos; Vern (Jerry O'Connell) es el benjamín y, por ende, el más ingenuo de todos. En cambio, Gordie (Wil Wheaton) destaca por una extrema sensibilidad —fruto de la muerte prematura de su hermano mayor (John Cusack), así como del hecho de sentirse ignorado por sus padres— que le llevará a convertirse en escritor algún día.

Precisamente, es él quien, ya de adulto (Richard Dreyfuss), narra la historia en primera persona, ejerciendo, al mismo tiempo, de alter ego de Stephen King (autor del relato The Body, en el que se basa la cinta) e incluso del propio Rob Reiner, quien también incluyó en el guion no pocas experiencias personales de su infancia. La guinda la pone la canción homónima que da título al filme, un clásico de los cincuenta, inmortalizado por Ben E. King (1938–2015), que, al igual que sucedería en Ghost (1990) con la "Unchained Melody" de los Righteous Brothers, servía de reclamo nostálgico que encaja a la perfección con el espíritu de la película.


4 comentarios:

  1. Otro de mis clásicos ochenteros de cabecera. La película hace honor al relato, espléndido, de King.

    Un abrazo.

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    1. De hecho, el novelista la considera la mejor adaptación que se ha hecho de sus libros.

      Saludos.

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  2. Hola Juan!
    Es una de esas películas a la que tengo un cariño especial. Recuerdo que cuando la vi fui volando a comprar la BSO (en casette) y no fue fácil de dar con ella. Es imperecedera y me sigue maravillando.
    Por cierto, he andado algo desconectado (problemas de espalda), aunque te he seguido leyendo me resultaba un poco incomodo escribir.
    Venga, saludos!

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    1. Probablemente es lo más cerca que ha estado Hollywood de las historias de aprendizaje, tipo "Los 400 golpes", de François Truffaut.

      Ya me extrañaba a mí que tú estuvieras tantos días sin dar señales de vida. Venga, Fran: que te mejores.

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