jueves, 14 de mayo de 2020

La parada de los monstruos (1932)




Título original: Freaks
Director: Tod Browning
EE.UU., 1932, 64 minutos

La parada de los monstruos (1932)
de Tod Browning


Parece ser que Tod Browning había trabajado durante su juventud en un circo, factor que explicaría la familiaridad con dicho medio que denota una película como Freaks. Título que, dicho sea de paso, mantiene intacto su halo de obra de culto, oda a la fealdad y galería del horror. Pero hace casi noventa años, cuando la Metro se lanzó a producir semejante engendro sin saber muy bien lo que se traía entre manos, provocó una encendida controversia que terminó con media hora menos de metraje y la práctica prohibición de ser proyectada en diversos Estados de la Unión.

Ni siquiera quienes participaron en ella se mostraron contentos con el resultado final, de modo que el malditismo alrededor de la cinta se fue alimentando hasta originar una leyenda negra que todavía perdura hoy en día. Sin embargo, visto en perspectiva, Freaks se nos aparece como un filme que se avanzó a su época, la quintaesencia de un período marcado por la crisis surgida a raíz del crac del 29 y antesala, aunque en otro orden de cosas, de lo que Buñuel y Alcoriza llevarían a cabo en el Méjico de Los olvidados (1950).



Criaturas horrendas condenadas a ser públicamente exhibidas, pero en cuyo interior pervive la bondad herida de quienes padecen la incomprensión de su entorno, cuando no el rechazo abierto por parte de una sociedad que relega todo aquello que no sabe (o no quiere) asumir.

Aunque en esta historia la más bella no es la más benévola y el amor de la pérfida Cleopatra (Olga Baclanova) hacia el diminuto Hans (Harry Earles) únicamente se debe al interés por su dinero, procedente de una cuantiosa herencia. No obstante, cuando todo se destape y las verdaderas intenciones de la trapecista queden al descubierto, tendrá lugar la conjura del colectivo freak hasta reducir a quien una vez fue esculturalmente apolínea a la condición de mujer gallina, una atracción más en la compañía, quizá la más espeluznante de cuantas cobijan sus carpas.


6 comentarios:

  1. solo se de la película que en general la veo en las listas de las mejores pelis de la historia... asì que a pesar de lo tratado debe ser muy buena... saludos

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    1. Ciertamente lo es, JLO. Como mínimo no deja indiferente a nadie, eso te lo aseguro. En todo caso, te recomiendo que la veas para que puedas juzgar por ti mismo. Apenas dura una horita. Puedes acceder a ella a través del enlace de este post (el título Freaks de color azul).

      Saludos,
      Juan

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  2. Una de las películas más perturbadoras de la historia.

    Abrazo.

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    1. Sin duda: hoy sería inviable rodar una cosa así (como mínimo en Hollywood).

      Saludos.

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  3. Hola Juan!
    Me deja muy mal cuerpo. Diria que es una amarga y cruda postal de aquellos entretenimientos de barracas de feria.
    Saludos!

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    1. Pues ten en cuenta que la versión inicial, de noventa minutos, acababa mucho peor. No niego que sea cruda, pero, al menos, Tod Browning les da a sus personajes la oportunidad de vengarse.

      Un abrazo.

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