sábado, 15 de octubre de 2016

Voyage of Time: Life's Journey (2016)




Director: Terrence Malick
EE.UU./Francia/Alemania, 2016, 90 minutos

Voyage of Time: Life's Journey (2016)


Debutamos en el Festival de Sitges, y lo hacemos por todo lo alto: en el inmenso auditorio del Hotel Melià y con un filme igualmente mastodóntico. Es este Viaje del tiempo de Terrence Malick una producción que comenzó a gestarse a finales de los setenta, con un planteamiento muy distinto a lo que finalmente ha acabado siendo. Retomado años después, el proyecto inició su fase de rodaje en 2003 para acabar completándose más de una década después.



Como ya sucediera en algunos pasajes de El árbol de la vida (2011), Voyage of Time conecta en espíritu con 2001 de Kubrick, a partir del momento en el que su único y trascendental eje temático viene dado por las preguntas ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos? Y también por el tratamiento de la música que acompaña a las imágenes, teniendo en cuenta que la banda sonora la integran piezas de compositores que van de Gustav Mahler a Arvo Pärt, pasando por Beethoven y Haydn.



Narrada por la actriz Cate Blanchett y producida, entre otros, por Brad Pitt, la película se concibe como una interpelación de la especie humana a la madre tierra. Preguntas que difícilmente obtendrán respuesta, pero que acaban dando pie a la plasmación en imágenes de un proceso de millones de años que arranca con el Big Bang, continúa con la aparición de los dinosaurios o de la especie humana y que llega hasta la actualidad, a través una espectacular panorámica nocturna del Burj Khalifa de Dubai. Aunque también hay tiempo para insertar, aquí y allá, pinceladas de los diversos conflictos e injusticias sociales que asolan la tierra, en un afán por abarcarlo todo que puede acabar resultando abrumador pero que difícilmente dejará indiferente.



Claro que no faltarán quienes acusen a Malick de pretencioso, burlándose de unas preciosistas imágenes que más parecen salidas del National Geographic o de los fondos de pantalla de Windows que no de la historia real de la vida en el planeta. Cuestión de gustos: a fin de cuentas, lo que se proponía hacer el cineasta va mucho más allá de los límites estrictamente cinematográficos, lo cual es tan arriesgado como encomiable.


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