viernes, 27 de febrero de 2015

La belle Nivernaise (1924)




Director: Jean Epstein
Francia, 1924, 69 minutos

El primer plano de La belle Nivernaise (adaptación de la obra homónima de Alphonse Daudet, estrenada el 25 de enero de 1924) nos hace pensar inmediatamente en L'Atalante de Jean Vigo (1934). Aquí como allí, la historia transcurre en una barcaza dedicada al transporte de mercaderías pesadas a lo largo del Sena. El barquero Louveau encuentra casualmente por las calles a un niño abandonado, Víctor, y, tras recibir el permiso de las autoridades, lo llevará con su propia familia para educarlo. 

Diez años más tarde, Víctor y Clara, la hija de Louveau, se han enamorado, y es entonces cuando Louveau es llamado a declarar a París, donde se ha descubierto que Víctor es, en realidad, el hijo de Maugendre, un cargador de carbón del canal de Nivernaise. Por su parte, Víctor defenderá a Clara cuando ésta sea atacada por otro barquero celoso, logrando salvar la gabarra familiar de estrellarse. De regreso con su padre biológico, Víctor ingresa en un internado, pero no logra dejar de pensar en Clara y su anterior vida en las barcazas. Cuando Maugendre se da cuenta de ello, lo deja volver y, una vez están ya casados, les entrega a Víctor y a Clara una barcaza de las suyas.

Para muchos críticos La belle Nivernaise supuso el primer gran filme de Jean Epstein. Entre los detalles más destacables, cabe señalar, como curiosidad, que durante la escena en la que Victor y Clara entran en una sala de cine para ver una película una de las paredes está decorada con un cartel de L'auberge rouge, rodada un año antes por el propio Epstein (y ya comentada en una entrada anterior de este blog), ejemplo de autocita que recuerda a la que llevaría a cabo muchos años después Stanley Kubrick en La naranja mecánica (1972): los personajes entran a una tienda de discos y uno de los álbumes que se pueden observar en los estantes es el de la banda sonora de 2001. una odisea del espacio. Un simple detalle como éste demuestra hasta qué punto debe ser tenido en cuenta Jean Epstein como un precursor que se avanzó en mucho a su tiempo.



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