Director: Luis Buñuel
Méjico, 1949, 92 minutos
El gran calavera (1949) de Luis Buñuel |
Bastaría con cambiarle el acento mejicano a los personajes y hacer que éstos vistiesen túnicas para que El gran calavera (1949) pasase por una comedia de Plauto o Terencio. De aquellas en las que el amo padecía mil y una trastadas por parte de siervos y deudos antes de que se obrase un cambio definitivo en su carácter de viejo cascarrabias o de cándido bonachón. Tal debió de ser el modelo en el que se inspiró el gallego Adolfo Torrado (1904–1958), hermano del director Ramón Torrado (y uno de los autores teatrales de mayor éxito en la España de la Posguerra), a la hora de escribir una pieza tan sumamente ingenua en su planteamiento.
Y es que a don Ramiro de la Mata (Fernando Soler) no se lo toma nadie en serio: viudo y poseedor de una inmensa fortuna, se pasa los días borracho mientras sus allegados (hijos, hermano y cuñada) aprovechan para pasarle las facturas de los muchos gastos que cargan a su cuenta. Hasta que se presenta de improviso su otro hermano, Gregorio (Francisco Jambrina), dispuesto a poner orden en las finanzas familiares mediante una curiosa estratagema...
Segunda película, tras Gran Casino (1947), que Buñuel dirigiera en Méjico, lo cierto es que El gran calavera adolece de los defectos típicos de una cinta concebida a mayor gloria de su productor y protagonista: un Fernando Soler, miembro de una prominente estirpe de actores, que aquí compartía cartel con su hermano Andrés (curiosamente, hermano también en la ficción). Idéntico parentesco al de Rubén y Gustavo Rojo, también presentes en el reparto, así como Luis Alcoriza: coguionista del filme junto a su esposa Janet, futuro director y mano derecha de Buñuel en la mayoría de sus proyectos mejicanos, que interpreta un breve papel como pretendiente de la hija de don Ramiro.
Pese a lo inocente de su moraleja, El gran calavera deja entrever una cierta crítica social con respecto a una élite ociosa e improductiva cuyos miembros se verán forzados a descender a los barrios obreros para asimilar el noble arte de ganarse el pan con el sudor de su frente. Tesis de lo más maniquea, como decimos, pero que prefigura, sin embargo, en la descripción de esos ambientes humildes, lo que será el próximo proyecto del genio de Calanda: Los olvidados (1950).
A pesar de todo, interesante, como todo el cine de Buñuel.
ResponderEliminarInteresante y divertida.
EliminarAquí Buñuel no muestra todo su potencial como haría poco después con "Los olvidados", y eso que tenía a Luís Alcoriza, uno de sus más queridos guionistas pero no deja de ser una obra de encargo, típica del humor amable de Carlos Arniches.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
O de Adolfo Torrado, que para el caso es lo mismo.
EliminarSaludos
Hola Juan!
ResponderEliminarPues un titulo de Buñuel que todavía no he visto, la tengo disponible en Filmin así que este puente cae fijo.
Que disfrutes de estos días de asueto, un abrazo!
Muchas gracias, Fran, e igualmente. Seguro que te reirás un montón viendo "El gran calavera". La obra de teatro, por cierto, la escribió un paisano tuyo. O sea que razón de más.
EliminarSaludos.
Pues ya esta vista y disfrutada. Me lo he pasado estupendamente. Me han llamado la atención algunos detalles que paso a mencionar de forma digamos breve:
Eliminar- Uno de los tipos que en la escena inicial esta en la celda se parece a Cantinflas en la vestimenta.
- En Méjico en vez de cara o cruz decían "águila o sol".
- Fernando Soler borda lo de hacer el borracho, es tal cual...
- Hemos visto cientos de formas de interrumpir una boda, pero esta con el coche y el megáfono me ha parecido magistral.
Lo dicho, una mas que agradable película que se ve con sumo agrado. Por cierto, ¿no te tiene un toque a una película de Frank Capra?...
Saludos!
Lo de los personajes "acantinflados" también lo había notado yo (por ejemplo, en "La hija del engaño" se podría decir lo mismo del personaje que interpreta Fernando Soto). Y claro que recuerda a las películas de Capra, sobre todo por esa ingenuidad que transmiten los protagonistas.
EliminarGracias por tus comentarios y hasta pronto.