Título original: Jeannette, l'enfance de Jeanne d'Arc
Director: Bruno Dumont
Francia, 2017, 105 minutos
Jeannette. La infancia de Juana de Arco (2017) |
Ya hemos hablado en alguna ocasión del personal estilo que el realizador francés Bruno Dumont imprime a sus películas: entre lo grotesco y lo absurdo, hace falta ser muy cinéfilo para no salir corriendo de la sala de proyección a la mínima de cambio. Y, sin embargo, resulta innegable su capacidad de no dejar indiferente a nadie, lo cual ya es un mérito en sí mismo. En la última de las entregas por él firmada se atreve con uno de los símbolos intocables de la vieja Francia (claro que, tratándose de alguien que debutó en 1997 con La vida de Jesús, hablar ahora de Santa Juana de Arco debe de ser pan comido, aunque sea a ritmo de heavy metal).
Así, de entrada, lo primero que llama la atención de Jeannette es una dirección de fotografía en la que el azul posee un protagonismo indiscutible: de ese mismo color son el cielo, el vestido de Jeanne, los muros de la casa paterna... Se diría que, al igual que ocurriera con Picasso, Dumont atraviesa un período creativo azul. Que contrasta, en la composición de muchos otros encuadres, con el verde de la vegetación o la tonalidad mate de la arena. En definitiva, un tratamiento de la imagen aparentemente deudor de la pintura del siglo XV.
De hecho, al ver a esa niña rodeada de ovejas es inevitable pensar en otras apuestas arriesgadas del cine galo cuyos autores también se inspiraron en referentes de alto contenido literario o religioso. Nos vienen a la mente dos casos ilustres: el Rohmer que ponía punto y final a su larga trayectoria tras las cámaras con el bucolismo de El romance de Astrea y Celadón (2007) o, aún más atrás en el tiempo, el Buñuel que se atrevió a escenificar los dogmas y herejías del Cristianismo en La voie lactée (1969). Con un uso de la música, sin embargo, remotamente parecido a experimentos como el que llevara a cabo Sofia Coppola en María Antonieta (2006).
En cualquier caso, y a pesar de lo irreverente de su propuesta, Dumont pasa a formar parte, con este musical tan sui géneris, de la extensa nómina de cineastas que han abordado la figura de la Doncella de Orléans. Una lista en la que destacan nombres ilustres que van desde Dreyer hasta Luc Besson, pasando por Victor Fleming, Robert Bresson, Otto Preminger, Rossellini o Jacques Rivette. Francamente: ya sólo falta que Albert Serra, otro director que hace de la iconoclastia su bandera, nos dé su visión del personaje. Tiempo al tiempo.
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