viernes, 1 de septiembre de 2017

Vinieron de dentro de... (1975)




Título original: Shivers
Título alternativo: They Came from Within
Director: David Cronenberg
Canadá, 1975, 88 minutos

Historias del Cronen(berg)

Vinieron de dentro de... (1975) de David Cronenberg


Puede que no sea el filme más recordado de su director (por lo menos a nivel popular), pero quienquiera que vea Shivers enseguida reconocerá en él las fuentes de las que bebió el joven Cronenberg, así como la influencia que éste ejercería de inmediato sobre otros autores. Respecto a lo primero, cabe destacar la inexcusable referencia a La noche de los muertos vivientes (1968), sobre todo cuando Roger (Paul Hampton) se vea rodeado por hordas de infectados que lo empujan irremisiblemente hacia la piscina donde tendrá lugar el gran desenfreno orgiástico final. En cuanto a influencias, no hubo que esperar demasiado: apenas cuatro años después, la primera entrega de Alien demuestra bien a las claras hasta qué punto Ridley Scott se había empapado del universo del canadiense, haciendo que su criatura extraterrestre también brotara de las entrañas de las víctimas.

Premiada en Sitges hace más de cuarenta años, They came from within dista bastante de ser una película redonda, aunque ya está latente en ella una pulsión que recorrerá la posterior filmografía de David Cronenberg, con títulos como La mosca (1986), El almuerzo desnudo (1991), Crash (1996) o Spider (2002). Así pues, desde las diapositivas iniciales, típica muestra de spot publicitario destinado a la promoción de una zona residencial de apartamentos tan prefabricada como inquietante, percibimos que el hipotético bienestar que se le presupone al progreso no siempre acarrea las mejores consecuencias.



Es éste un discurso habitual del contexto histórico en el que se gestó la película, el de la crítica del carácter alienante que en las sociedades capitalistas suele tener el modo de vida masificado de las grandes ciudades, en especial a raíz del boom inmobiliario, por más que se publiciten las bondades de sus confortables y, en teoría, exclusivos barrios de diseño. 

Pero no acaba ahí el desasosiego que se deja entrever en Vinieron de dentro de... El otro gran tema que plantea remite directamente a cómo se conciben las relaciones interpersonales en dicha civilización ultramoderna. Unos vínculos afectivos en los que el sexo aparece sobredimensionado y que, tal vez por ello, llevan a Cronenberg a imaginar un mundo en el que una especie de sanguijuela feroz se introduce en los cuerpos de la gente para convertirlos en sátiros libidinosos, sedientos de perpetuar la pandemia en otros organismos. ¿Metáfora de las enfermedades venéreas? ¿Alegoría de la obsesión por la sexualidad? ¿Visión punitiva de la promiscuidad en la que desembocó la liberación sexual de finales de los sesenta? El escenario mostrado por el director queda abierto a esas y a otras posibles lecturas. En todo caso, llama la atención lo actual de dicho planteamiento, no sólo por el anunciado remake de Shivers, sino porque en 2014 David Robert Mitchell ya llevó a cabo una particular puesta al día de las mismas ideas con la aclamada It Follows. Desde luego, todo vuelve.


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