sábado, 16 de septiembre de 2017

La escala (2016)




Título original: Voir du pays
Directoras: Delphine Coulin y Muriel Coulin
Francia/Grecia, 2016, 102 minutos

La escala (2016)


Ver mundo: ése es el título original de esta película dirigida por las hermanas Coulin. Quizá porque sus protagonistas, ex combatientes en la guerra de Afganistán, han recorrido distancias enormes no sólo en el espacio sino, sobre todo, de una cultura a otra. Como dice uno de los soldados al aterrizar en suelo chipriota: "Hemos pasado del burka al tanga en cuestión de horas".

El motivo de su estancia en un complejo turístico de cinco estrellas de la isla es el llevar a cabo una escala de descompresión, término que se utiliza en el argot militar para designar el proceso de restablecimiento de los reclutas, previo a su reincorporación a la vida civil una vez de regreso en territorio francés. Para ello son sometidos a duras sesiones de realidad virtual en las que se recrean los episodios más cruentos de la guerra, guiados por la teoría de que revivir las experiencias traumáticas ayuda a cicatrizar las heridas.



En el caso de Aurore (Ariane Labed), Marine (Soko) y Fanny (Ginger Romàn) su situación se ve agravada, además, por el hecho de que son las únicas mujeres en una compañía exclusivamente masculina. De modo que para ellas la descompresión será relativa, ya que ni sus propios compañeros ni los locales que intentan conquistarlas durante una furtiva escapada nocturna son capaces de sustraerse a la tentación de querer saciar en ellas sus bajos instintos.

Al acabar la película a uno le queda una sensación un tanto confusa a propósito del verdadero objetivo de Voir du pays: ¿se trataba de hacernos pensar que el ejército francés (y, por extensión, todos los ejércitos) lo integran individuos marcados de por vida por las duras circunstancias a las que han sido expuestos? ¿O más bien estamos ante una crítica de la jerarquía militar, que pretende lavar el cerebro de sus veteranos para convertirlos en seres inofensivos antes de que regresen a sus casas? ¿O sencillamente se intenta reflexionar sobre el ejército de un país dispuesto a luchar por defender la democracia en el extranjero pero incapaz de erradicar comportamientos sexistas en el seno de sus propias fuerzas armadas? Quizá haya un poco de todo ello. En todo caso, las autoras dejan que sea el espectador quien extraiga libremente sus propias conclusiones.


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