martes, 19 de mayo de 2015

Las sombras de El tercer hombre (2004)




Título original: Shadowing the Third Man
Director: Frederick Baker
Reino Unido/Austria/Francia/Japón/EE.UU., 2004, 90 minutos

Las sombras de El tercer hombre (2004)


Interesante documental que se adentra en el proceso de rodaje de El tercer hombre (1949), la película de Carol Reed en la que Orson Welles interpretaba al cínico Harry Lime. De la misma manera que el personaje se hacía esperar hasta su irrupción en escena, parece ser que el actor también se hizo de rogar hasta que finalmente aceptó el papel: fue necesario que lo fueran a buscar a París, luego a Roma y finalmente de nuevo a París hasta que lograron contactar con él. Tampoco se avino fácilmente a rodar según qué escenas, como la famosa secuencia en el alcantarillado vienés. Respecto a la tan traída cuestión de si Welles intervino o no en la dirección de la película, es él mismo quien, en una entrevista de archivo, se encarga de desmentirlo. Lo que sí hizo fue improvisar el célebre diálogo junto a Joseph Cotten en la noria, aquel que acaba haciendo referencia a los quinientos años de paz en Suiza y la invención del reloj de cuco.

Narrado por el actor británico John Hurt, Shadowing the Third Man recorre la Viena actual para buscar en ella algunas de las localizaciones originales de la película. También cuenta con el interesante testimonio de los respectivos hijos de los productores: David O. Selznick y Alexander Korda, quienes acabarían peleándose. Al parecer, Selznick no tenía nada claro que nadie pudiera estar interesado en ir a ver una película titulada El tercer hombre y, en su lugar, propuso que se llamara Una noche en Viena. El temperamental Korda no acabó, pues, de hacer buenas migas con el adicto al trabajo Selznick (este último era capaz de atiborrarse de estimulantes para poder trabajar 22 o hasta 23 horas diarias...).

Otra de las curiosidades que se mencionan es que, una vez acabado el rodaje, la copia ardió en un incendio, con lo que hubo que recorrer a los negativos para crear una nueva. Y, como no podía ser menos, tanto Graham Greene (novelista autor del guion) como Anton Karas (intérprete de cítara responsable de la banda sonora) ocupan un lugar destacado en el anecdotario de una película que, como en algún momento del documental se nos recuerda, representa el pesimismo tras el conflicto mundial opuesto al optimismo de sus inicios que transmite Casablanca (1942).

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