sábado, 23 de mayo de 2015

It's All True (1993)




Título completo: It's All True: Based on an Unfinished Film by Orson Welles
Directores: Orson Welles, Richard Wilson, Myson Meisel, Bill Krohn, Norman Foster
Francia/EE.UU., 1941/42-1993, 88 minutos

De entre los muchos proyectos fallidos de Orson Welles, It's All True tuvo el dudoso honor de ser uno de los primeros. Tras el éxito de Ciudadano Kane, el cineasta fue enviado a Brasil para rodar un documental en color sobre el carnaval de Río. Dentro de la política de buena vecindad, se trataba de dar a conocer en Estados Unidos las virtudes del paisaje brasileño para así estrechar lazos, fomentar el turismo y, de paso, frenar la influencia que la Alemania nazi ejercía sobre Sudamérica.

Welles se vio forzado a abandonar el rodaje de El cuarto mandamiento y de Estambul y, una vez allí, se dedicó a filmar entre 1941 y 1942 no solo en carnaval sino, sobre todo, la vida de los pescadores pobres. Pero los estudios RKO cambiaron repentinamente de propietario y la nueva dirección no parecía muy entusiasmada con el proyecto. Atrapado entre dos frentes, perdió el control sobre el montaje de las películas que estaba rodando en Hollywood y le cortaron el suministro de material en Brasil.

A pesar de las adversidades, Welles planeó tres episodios: My friend Bonito (historia de un niño y un ternero rodada en Méjico por Norman Foster), The Story of Samba y Four men in a raft. Los filmó como pudo y... no se supo más. Hasta que en 1985 (año de la muerte de Welles) se encontraron en un almacén las latas que contenían el material. En 1993, un equipo capitaneado por Bill Krohn llevó a cabo un montaje de las escenas rodadas por Welles en Brasil, añadiéndole música y efectos de sonido.

El único episodio que se conserva íntegramente es el de los jangadeiros, pescadores pobres que a bordo de una rudimentaria balsa recorrieron buena parte de la costa del país hasta llegar a la capital donde fueron recibidos como héroes. La belleza de las imágenes es increíble. Sin quizá él saberlo, Welles estaba inventando el neorrealismo: muy lejos de Italia, pero muy cerca de la sensibilidad de un Visconti o de un De Sica. Los rostros curtidos de estos pescadores diríase que son el eslabón perdido entre Tabú de Murnau (1931) y Barravento de Glauber Rocha (1962).

Orson Welles durante el rodaje de It's all true

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