lunes, 30 de agosto de 2021

Un adulterio decente (1969)




Director: Rafael Gil
España, 1969, 95 minutos

Un adulterio decente (1969) de Rafael Gil


Cada vez que el musicólogo Eduardo Bernal (Jaime de Mora y Aragón) se ve obligado a ausentarse por motivos laborales, su esposa Fernanda (Carmen Sevilla) le es infiel con el novelista Federico Latorre (Andrés Pajares), al que ha hecho creer que es viuda. Hasta que Bernal regresa un día de improviso y queda todo al descubierto. Pero entonces entra en acción un sabio despistado, el doctor Cumberri (Fernando Fernán-Gómez), quien sostiene que los adúlteros padecen una enfermedad causada por una bacteria, el adulterococo, que él sabe cómo curar. A tal efecto, en su moderna clínica privada lleva a cabo un tratamiento que consiste en encerrar juntos a los amantes para que, a base de convivir, terminen sanando...

Resulta complicado hacer entender a los jóvenes de hoy en día la morbosidad que el concepto de adulterio despertaba antaño por estas latitudes. Afortunadamente. Porque ello significa que han crecido ya en un mundo libre de prejuicios absurdos. Sin embargo, hubo una época no tan lejana en la que mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio podía suponer penas de cárcel para las mujeres. De ahí, que el tema se prestase como argumento para comedias o películas moderadamente atrevidas.

El doctor Cumberri (Fernán-Gómez) con José Luis Uribarri


La obra teatral homónima en tres actos de Enrique Jardiel Poncela en la que se basa Un adulterio decente (1969) se había estrenado en el madrileño Teatro María Isabel muchísimo tiempo antes. Concretamente, el 3 de mayo de 1935. Con la diferencia, nada desdeñable, de que si durante la Segunda República dicho delito fue abolido, en la España franquista todavía estuvo vigente hasta su derogación definitiva en 1978. 

Tal vez por la aureola de clásico que envuelve el nombre de Jardiel o porque su enfoque del asunto era bastante amable, pero lo cierto es que se consideró oportuno que Rafael Gil dirigiese una versión cinematográfica cuyo máximo reclamo residía en el sex-appeal de la sensual Carmen Sevilla. Su entonces marido, el compositor Augusto Algueró (1934-2011), escribió las canciones que interpreta, entre las que destaca el tema inicial, una animada pieza yeyé con arreglos un tanto oníricos, que lleva por título "Chance".



6 comentarios:

  1. Mucho morbo, en efecto, para la época.

    ResponderEliminar
  2. A juzgar por esta película y la anterior, parece que a Fernán-Gómez, a finales de los sesenta, sólo le endilgaban secundarios en vehículos para el lucimiento de nuestras actrices-cantantes más o menos de buen ver.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y eso cuando tenía trabajo, porque hubo años (según cuenta en sus memorias) en los que no recibió ni una sola oferta. Fue a partir de la década siguiente, gracias a cineastas como Saura o Erice, que su cotización como actor se revalorizó enormemente.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Que tal Juan!
    Pues el asunto da para alguna reflexión que casi me voy a ahorrar. En todo caso decir que ahí quedan estas películas a modo de testigos de aquel tiempo, con pinceladas de comedia pero el asunto era muy serio.
    A ese poster estilo pin-up me da a mi que le añadieron centímetros de tela...jeje
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hoy en día cuesta mucho contextualizar este tipo de películas. Por ello conviene no perder de vista su carácter paródico, propio de una sociedad que comienza a cuestionarse sus propios tabúes.

      Saludos.

      Eliminar