lunes, 16 de agosto de 2021

Esa pareja feliz (1953)




Directores: Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga
España, 1951-1953, 83 minutos

Esa pareja feliz (1953) de Bardem y Berlanga


Poco o nada estaba acostumbrado el público español a que le mostrasen su propia realidad a través de la pantalla cuando el tándem Bardem-Berlanga, a la sazón dos jóvenes realizadores recién salidos del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, les sorprendió con una comedia tan atípica como genial. Porque Esa pareja feliz (rodada en el 51 y estrenada dos años después, tras el éxito de Bienvenido, Mr. Marshall) detallaba el día a día de unos recién casados que, aparte del mutuo amor que se profesan, apenas tienen medios de subsistencia: irónico retrato de unos esposos que viven realquilados en un cuartucho de mala muerte, eternos aspirantes a una prosperidad que nunca acaba de llegar.

Lo cierto es que la película, uno de los hitos de nuestro cine, se valía de los supuestos del neorrealismo italiano para poner el dedo en la llaga mediante una caricatura bastante más corrosiva de lo que a simple vista pudiera parecer. A este respecto, la pareja protagonista se las ve y se las desea para llegar a fin de mes, ella (Elvira Quintillá) soñando con mejorar su suerte gracias a concursos como el del jabón Florit y él (Fernando Fernán Gómez) con su mísero empleo de regidor en unos estudios cinematográficos y sus cursos de radio por correspondencia.



Así, a lo tonto a lo tonto y como quien no quiere la cosa, la cinta ofrece una imagen de conjunto de la clase obrera marcada por la escasez y la picaresca de individuos que, como Rafa (Félix Fernández), viven de pegarle el sablazo al primer imprudente que se deje liar. Un ambiente muy de patio de vecinos, con las miserias e incomodidades propias de un régimen autárquico, cuyos moradores suspiran por dejar atrás las estrecheces económicas e integrarse en la incipiente sociedad de consumo. Buena prueba de ello, y del tono mordaz que Bardem y Berlanga confieren al relato, son los eslóganes que los personajes no se cansan de repetir: "¡Sentido comercial!", "¡A la felicidad por la electrónica!"

Pero, aparte de incisivo sainete, Esa pareja feliz es, por encima de todo, una declaración de intenciones: un a modo de manifiesto mediante el que sus jóvenes creadores, conscientes de estar inaugurando un nuevo capítulo respecto al cine que hasta esa fecha se había llevado a cabo en el país, pretenden marcar distancias con la grandilocuencia de cartón piedra de las producciones de temática histórica que ridiculizan en la secuencia inicial. Una nueva mirada, en definitiva, cuyo hermoso final, repleto de esperanza, conecta de pleno con la sensibilidad poética de los grandes cineastas.



4 comentarios:

  1. Es cierto que existe ese trasfondo de crítica social y algunas de las escenas se han convertido, precisamente por el retrato del día a día que hace la película, en todo un testimonio de cómo era esa vida diaria entre las clases trabajadoras de aquellos años, con poco dinero, cortes de luz y viviendas miserables.

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    1. Cierto. También son muy interesantes las escenas que transcurren en el cine y, sobre todo, en el teatro (al fin y al cabo, Bardem era hijo de actores).

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  2. Hola Juan!
    Esta si que la tengo mas fresca. A mi también me apasiona ese aspecto de documento social (mas o menos manipulado claro esta...) de las películas.
    Pues anda que no tiene filmografía el bueno de Fernando...
    Saludos!

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    1. Ya lo creo, Fran: según leo en IMDb, a lo largo de su carrera intervino en 210 películas. ¡Casi nada!

      Saludos.

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