Director: Antonio Isasi-Isasmendi
España, 1962, 85 minutos
Vamos a contar mentiras (1962) de Antonio Isasi-Isasmendi |
En el año del centenario de Fellini resulta imposible ver la escena inicial de Vamos a contar mentiras (1962), en la que un par de sinvergüenzas se hacen pasar por sacerdotes, sin que nos vengan enseguida a la memoria los timadores de Almas sin conciencia (Il bidone, 1955). Con la salvedad, es ocioso decirlo, de que aquello era una obra maestra de grandes proporciones, mientras que la cinta que nos ocupa no pasa de adaptación discreta de una comedia teatral de Alfonso Paso (quienes deseen "deleitarse" con la versión del mítico Estudio 1 (1972) o con otro montaje posterior, también de TVE (1986), pueden hacerlo a través de estos enlaces).
Paso (1926-1978), aquel señor cuya fisonomía, en palabras de Juan Marsé, tenía "algo de vieja marquesa disfrazada de actor secundario, mediocre y bajito", había estrenado su obra, con notable éxito de público, en el madrileño Teatro Infanta Beatriz, concretamente el 28 de septiembre de 1961. Y claro, ya se sabe cómo van estas cosas: de las tablas a la pantalla hay apenas un salto cuando se trata de sacar tajada de la notoriedad adquirida previamente en los escenarios.
El hecho es que Juanjo Menéndez (Carlos) repetía como protagonista, no así Manuel Alexandre y Amparo Baró, que aquí cedían su lugar a los no menos histriónicos José Luis López Vázquez (Lorenzo) y Amparo Soler Leal (Julia). El resto del reparto fílmico lo completaron José Bódalo (en el papel de ladrón), Laly Soldevila (criada) y Gracita Morales (novia de Lorenzo), más una pléyade de míticos actores secundarios entre los que destacan Pepe Isbert y Manolo Morán haciendo de bomberos.
Deliberadamente intrascendente, Vamos a contar mentiras es una de aquellas comedias "con muerto", heredera del ingenio disparatado de Jardiel, aunque mucho más de estar por casa, en la que el humor negro está al servicio de la carcajada fácil. Una astracanada amable, ambientada durante los prolegómenos de la cena de nochebuena, que Isasi supo resolver con la pericia en él habitual, pero sin excesiva causticidad a la hora de retratar el vacío existencial de una esposa aburrida en el contexto de la típica hipocresía burguesa.
Hola Juan!
ResponderEliminarNo la he visto pero anotada queda. No deja de sorprenderme la gran cantidad de variadas películas españolas que se han filmado. Desde luego el reparto cuando menos atrae bastante...
Saludos y gracias por la recomendación!
No te esperes una gran película. Aunque, como bien dices, su reparto justifica plenamente el visionado.
EliminarSaludos.
No conozco nada de esta peli peor quería decir (?) que no puedo con Fellini. Lo poco que vi se me hace insoportable por lo ostentoso, por ser taaan italiano jaja. Saludos
ResponderEliminarNo te discuto que Fellini sea ostentoso en ocasiones, aunque eso no es forzosamente un defecto. En todo caso, esta película no es suya...
EliminarSaludos.