domingo, 26 de abril de 2020

En busca del fuego (1981)




Título original: La guerre du feu
Director: Jean-Jacques Annaud
Canadá/Francia, 1981, 100 minutos

En busca del fuego (1981) de Jean-Jacques Annaud


Se ha dicho, y no sin razón, que La guerre du feu vino a ser una especie de prolongación de lo ya expuesto por Kubrick y Arthur C. Clarke en las secuencias iniciales de 2001. No en vano, ambos filmes comparten un mismo rigor en su reconstrucción de los albores de la humanidad, huyendo del efectismo anacrónico de producciones al estilo de Hace un millón de años (1966) de Don Chaffey, en la que una imponente Raquel Welch en biquini convivía con criaturas del jurásico como si ello fuese lo más normal del mundo.

En cambio, el francés Jean-Jacques Annaud prefirió contar con dos genios a la hora de darle forma a esta singular epopeya prehistórica: por una parte, el guionista Gérard Brach (colaborador habitual de cineastas como Roman Polanski) y, en segundo lugar, el escritor Anthony Burgess, célebre por ser el autor de la novela que daría pie a La naranja mecánica (1971) y a cuyo cargo corrió el concebir las lenguas que hablan los cavernícolas protagonistas en su desesperada búsqueda del fuego.



Sin embargo, no todo es completamente verosímil en esta película. Por ejemplo, está el tema del contraste entre los diferentes entornos en los que transcurre la acción. Y es que, pese al minucioso trabajo de localización, con exteriores rodados en Canadá, Escocia y Kenia, se le podría reprochar la excesiva variedad de hábitats por los que atraviesan unos individuos que únicamente se desplazan a pie y que, por lo tanto, es de suponer que recorrerán distancias mucho menores que las que separan la sabana, con sus áridas llanuras, de los frondosos bosques de clima oceánico.

Pasa un poco lo mismo con las distintas especies de homínidos que cohabitan a escasos metros unas de otras. Así pues, si el clan que anda en busca de la preciada lumbre son homo sapiens, ¿a qué especie pertenecen los peludos asaltantes que irrumpen en una de las primeras escenas? Y los caníbales de nariz perforada, ¿son neandertales? ¿Qué son, entonces, los miembros de la tribu de Ika (Rae Dawn Chong), sensiblemente más desarrollados que los otros, puesto que, además de saber hacer fuego y fabricar armas mucho más elaboradas, poseen el don de la risa? En cualquier caso, y a pesar de este tipo de detalles, La guerre du feu continúa siendo, a día de hoy, una de las aproximaciones más certeras a nuestros orígenes, con alguna que otra pincelada (la secuencia de los mamuts, el plano final de la pareja contemplando la luna) que dejaría entrever una religiosidad incipiente.


4 comentarios:

  1. Y en esta película descubrimos a Ron Perlman.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto: quien volvería a trabajar a las órdenes de Jean-Jacques Annaud en "El nombre de la rosa".

      Saludos

      Eliminar
  2. Hola Juan!
    Mi parte contratante esta estudiando geografía e historia por la UNED y curiosamente hace poco tiempo viendo esa peli con ella me saco a relucir algunos de esos detalles poco rigurosos que mencionas. Por cierto, me vas a permitir que pasemos por alto ese delicioso anacronismo, esa visión de R.W me llego a perturbar siendo niño...jeje
    Venga, saludos y feliz semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues fíjate, Fran, que yo, más que "falta de rigor", lo llamaría "licencia poética".

      Al igual que Carmen, también descubrí la película en clase de Historia cuando estudiaba en el instituto.

      Saludos.

      Eliminar