viernes, 26 de octubre de 2018

Un seductor a la francesa (2018)




Título original: Le retour du héros
Director: Laurent Tirard
Francia/Bélgica, 2018, 90 minutos

Un seductor a la francesa (2018) de Laurent Tirard


Ambientación decimonónica, humorismo vodevilesco y regimientos de húsares: la última película dirigida por el francés Laurent Tirard —responsable, en ocasiones anteriores, de títulos como Las aventuras amorosas del joven Molière (2007), El pequeño Nicolás (2009) o Un hombre de altura (2016), que ya tuvimos ocasión de comentar aquí— utiliza como pretexto los tópicos habituales del cine de época para reunir en pantalla a Jean Dujardin y Mélanie Laurent.

No puede decirse que Le retour du héros sea precisamente una obra maestra, ni tampoco aspira a serlo: con sus imperfecciones y lugares comunes, la cinta pasa a engrosar la ya de por sí profusa lista de producciones de tono amable con las que la industria cinematográfica gala viene satisfaciendo al público mainstream en las últimas décadas. No en vano, Tirard tiene en su haber, además de los filmes ya citados, una de las entregas de la saga Astérix y Obélix: Al servicio de Su Majestad (2012).



Un poco como el Jean Valjean de Los miserables o el Edmond Dantès de El Conde de Montecristo, el Capitán Neuville (Dujardin) responde al prototipo de héroe hecho a sí mismo que la literatura del siglo XIX popularizara en no pocas ocasiones. Sin embargo, el personaje, provisto de una socarronería hecha a la medida de Dujardin, tiene más de impostor que no de adalid laureado en mil y una batallas, si bien es ahí donde reside precisamente su encanto, sobre todo porque, desde el minuto uno, está cantado que logrará conquistar el corazón de la, en teoría, altiva Elisabeth (Laurent).

Con sus lágrimas afectadas y su empaque aristocrático, los Beaugrand representan el prototipo de familia deseosa de medrar socialmente casando a sus hijas con el mejor partido posible, pese a que, visto lo visto y teniendo en cuenta que Neuville no dudará en fingirse propietario de una inexistente mina de diamantes, es el simpático farsante quien se acaba aprovechando de ellos, al tiempo que se gana la adhesión del espectador.


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