viernes, 28 de abril de 2017

Los noms del paisatge (2013)




Título en español: Los nombres del paisaje
Director: Christian-Pierre Bedel
Francia, 2013, 50 minutos



La habitual sesión de cine occitano ofrecida por el CAOC a últimos de mes ha vuelto a contar hoy con un documental dirigido por Christian-Pierre Bedel. Como haría un año más tarde en Memòrias d'Arièja, el erudito del Aveyron recopilaba con Los noms del paisatge (2013) parte del legado oral de la región de Rouergue, en concreto cuentos y leyendas populares que recogió a través de una serie de entrevistas realizada entre 1995 y 2010.

La mayoría de informantes centran su interés en relatos protagonizados por seres monstruosos (como Gargantúa) o directamente demoníacos (caso del Dragón) cuya máxima delicia es secuestrar a niños que se extravían por el bosque para encerrarlos, cebarlos y, por último, comérselos. Aunque alguno de esos benjamines destaque por su astucia, como el Ponheton de la larga y elaborada fábula con la que nos deleita Eugène Catusse: ataviado con su indumentaria de campesino gascón (boina, camisa de cuadros, pantalón de mono azul) y ante la presencia impertérrita de su esposa, el anciano se enfrasca en una detallada narración apenas alterada por el leve zumbido de un moscardón que se cuela por los micrófonos. Al final del apólogo, Ponheton burlará al maligno arrojando un queso o un pájaro más lejos que cualquiera de sus piedras, por lo que acaba siendo coronado rey de los bosques.

En otras ocasiones, las criaturas sobrevivirán a un cruel destino enseñando por la rendija de la puerta una cola de rata a su raptor en lugar del dedo de la mano. O son las fardarelas (especie de hadas) o los gigantes los responsables de haber cavado un hoyo o de haber situado una ermita en lo alto del pico más escarpado.

Finalizada la proyección, hay quien opina que los participantes en el documental hablan demasiado deprisa y que así se haría difícil captar la atención de los niños si hubiera que contarles esos cuentos... Lo cual no deja de ser sorprendente, ya que Los noms del paisatge es un documento etnográfico concebido con la voluntad de preservar el patrimonio inmaterial de un pueblo y no para entretenimiento de la chiquillería.

Christian-Pierre Bedel

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