miércoles, 4 de mayo de 2016

El espontáneo (1964)




Director: Jorge Grau
España, 1964, 96 minutos

El espontáneo (1964) de Jorge Grau


Paco (Luis Ferrín), el protagonista de El espontáneo, es tan arrogante e impertinente que más que un joven de 1964 parece un adolescente de hoy en día. En todo caso, deberá pagar un precio muy alto por atreverse a tener unas pretensiones tan elevadas: primero le despedirán de su trabajo de botones en un hotel para, sucesivamente, ir siendo rechazado en todos los espacios que frecuente a partir de ese momento. En tal aspecto, se podría decir que, pese a su delirio de grandeza, Paco lleva el fracaso en los genes: él pretende huir de la mediocridad del ambiente (de la que culpa, en buena medida, a su difunto padre), pero es precisamente dicho afán el que, paradójicamente, le acaba hundiendo y condenando sin remedio.

Jorge Grau acertó a reflejar las ilusiones del personaje mediante el uso puntual del color en el momento en el que Paco descubre el mundo de la tauromaquia: tras haber sido rechazado en un casting, así como en el mundo laboral, el muchacho cree haber dado finalmente con la clave de su éxito. Por eso unos pocos planos rodados en Eastmancolor servirán para mostrar visualmente el contraste con la grisura que hasta entonces le ha rodeado.

Otro aspecto que dota al filme de un aire moderno es la jazzística banda sonora a lo Dave Brubeck de Antonio Pérez Olea, compositor habitual de las películas de Manuel Summers y (ese mismo año de 1964) de la música de La tía Tula.

En definitiva, títulos como El espontáneo constituyen el interesante testimonio de una España en la que los toros todavía levantaban pasiones, hasta el punto de convertirse en la esperanza de muchos jóvenes de extracción social humilde que, como Paco, veían en la lidia la oportunidad ideal para materializar sus aspiraciones.

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